intolerancia alimentaria

Seguro que más de una vez has comido y a la hora de hacer la digestión te has sentido muy hinchado, con diarrea o acidez. De vez en cuando sucede porque algún alimento que has ingerido no lo ha aceptado bien tu cuerpo, pero si te pasa asiduamente te recomendamos que vayas a tu médico de cabecera y le expliques la situación para que te haga pruebas de intolerancia alimentaria porque seguramente tu cuerpo no tolere bien cierto alimento.

El médico debe saber con seguridad a qué se pueden deber esos dolores y es probable que necesites una dieta para adelgazar para poder quitar y evitar así el consumo de las sustancias que te provocan la intolerancia y comiences a sentirte bien.

Cabe destacar que, en la intolerancia alimentaria, el cuerpo puede no asimilar una sustancia o un compuesto de un alimento, por ejemplo la lactosa o el gluten, pero si puede tolerarlo en ciertas dosis y no es necesario retirarlo por completo, con el tratamiento adecuado puedes seguir consumiendo alimentos que contengan estos componentes, por ello es necesario realizarse las pruebas adecuadas para poder dar con el problema justo.

Diferencias entre intolerancia alimentaria y alergia alimentaria

Es importante destacar que la intolerancia alimentaria no es lo mismo que la alergia alimentaria. En el caso de la intolerancia, el organismo no es capaz de digerir correctamente algún compuesto de un alimento, por ello genera ese malestar digestivo.

En el caso de la alergia alimentaria, ésta produce una reacción más acelerada en el sistema inmunológico, ya que lo identifica como una amenaza y en ese momento es que el organismo comienza a fabricar anticuerpos y se muestran en los síntomas.  

Como cualquier alergia, provocan reacciones dermatológicas y en el cuerpo, por lo que si notas urticaria, hinchazón, eczemas o dificultad para respirar, debes acudir con urgencia al médico.

Ambas patologías son muy diferentes entre sí y es necesario que sepas diferenciarlas porque no se las trata de la misma manera, por ello te contamos las principales diferencias:

  • En el caso de la aparición de los síntomas de la intolerancia alimentaria, pueden presentarse recién al día después o a las horas de haber ingerido los alimentos, ya que es un trastorno que tiene que ver con la digestión; en cambio, los síntomas de la alergia son inmediatos, porque afectan rápidamente al sistema inmunológico.
  • Los síntomas de la intolerancia son completamente digestivos, dolor de estómago, vómitos, diarrea y dolor de cabeza, entre otros; pero en la alergia alimentaria, se le suman reacciones en la piel, como erupciones, urticaria, inflamación de la boca y los labios, dificultad respiratoria.

En ambos casos debe consultarse a un médico, pero si tienes síntomas de alergia, la consulta debe ser inmediata.

Síntomas de intolerancia alimentaria

Las intolerancias alimentarias provocan ciertos trastornos que normalmente nacen a raíz de un alimento que tu organismo no digiere bien o no asimila, por eso el método más eficaz para paliar esos trastornos, es dejar de ingerir ese alimento o alimentos.

Como es un trastorno del organismo y no de la comida en sí, cualquier alimento puede causarte intolerancia. De todos modos existe un patrón en donde hay algunos que se repiten con frecuencia y los más comunes son: leche de vaca, gluten, soja, pescados y mariscos y frutas secas, entre otros.

Entre los síntomas que te alertan de que puedes tener una intolerancia alimentaria se manifiestan trastornos gastrointestinales, procesos dermatológicos, trastornos neurológicos, sobrepeso, alteraciones musculares, molestias respiratorias:

  • Distensión abdominal, estreñimientos, gases, diarrea, náuseas, reflujo, acidez…
  • Acné, psoriasis, erupciones cutáneas, picores, urticaria…
  • Migrañas, fatiga, dolor de cabeza…
  • Pérdidas de peso agresivas o aumento de peso.
  • Dolores musculares, dificultad para respirar, ansiedad, estrés…

Todos estos síntomas son los que suelen aparecer cuando no toleras algún alimento, pero ten mucho cuidado con autodiagnosticarte ya que este trastorno es muy difícil de detectar porque los síntomas se manifiestan muy levemente. Nosotras sólo te damos unas pautas, pero lo recomendable es que acudas a tu médico de cabecera.

Tipos

Existen dos tipos de trastornos digestivos relacionados con la intolerancia:

  • Crónica

En este caso, el cuerpo ha dejado de producir las enzimas digestivas que ayudan en el proceso de la digestión de un alimento o componente del mismo.

  • Transitoria

En este otro caso, el problema radica en que la flora intestinal se ha visto dañada por algún tipo de sustancia como antibióticos.

Asimismo, las intolerancias se pueden dividir de acuerdo al compuesto del alimento que no es asimilado por el cuerpo. Las más comunes son:

  • Intolerancia a la fructosa

La fructosa es el azúcar natural que se obtiene de las frutas y que es utilizada para la elaboración de productos relacionados. Por ello puede que el cuerpo no tolere las frutas en sí, o refrescos que fueron elaborados con esta sustancia.

  • Intolerancia a la lactosa

La lactosa es otro tipo de azúcar que se encuentra presente, principalmente en la leche, y en otros productos lácteos. Para poder digerir esta azúcar, el organismo debe crear una enzima llamada lactasa, pero cuando no produce suficiente cantidad, se da la intolerancia. Es una de las más comunes en la sociedad.  

  • Intolerancia al gluten

El gluten es una proteína que se encuentra en las semillas de muchos cereales, como el trigo, la cebada o el centeno. Es por ello que, cuando el organismo no dispone de suficientes enzimas para digerirlo, se produce la celiaquía.

Test de detección

El Alcat test es el único examen que puede detectar cuales son aquellos alimentos que generan la intolerancia en tu cuerpo.

La prueba para detectar la intolerancia alimentaria no es nada más ni nada menos que un análisis de una muestra de sangre. Allí se determinará cómo reaccionan los anticuerpos ante determinadas sustancias o compuestos presentes en los alimentos.

Una vez que se obtienen los resultados, el médico interpretará estos datos y te dirá cuáles son los compuestos que tu organismo no puede asimilar. De allí, él decidirá si es necesario otro examen específico de esa sustancia para conocer el nivel de intolerancia que tienes.

Por ejemplo, si tu cuerpo no tolera el gluten, es probable que el medico pida una biopsia de tu intestino delgado para confirmar realmente si se trata de una celiaquía. Lo mismo ocurre con la lactosa, de acuerdo a los análisis, se hará el examen correspondiente solo para la lactosa.

Tratamiento de una intolerancia alimentaria

En lo que se refiere a la intolerancia crónica, lo único que se puede hacer es eliminar el alimento que te ocasiona todos esos malestares ya que tu cuerpo no va a producir nunca la enzima digestiva que necesita para asimilar dicho producto, alimento o componente del mismo. Un tratamiento eficaz que no elimina el problema sino que ayuda a la digestión es proporcionar a tu cuerpo probióticos.

Con respecto a la transitoria, lo que se debe hacer es llevar un tratamiento probiótico para que te aporte las bacterias básicas para hacer la digestión correctamente, y cuando esté la flora recuperada ya puedes volver a consumir los alimentos de siempre.

Si sufres de intolerancia a la fructosa, lactosa, al gluten o a algún otro compuesto, debes realizarte el test para que efectivamente compruebes en qué dosis puedes tolerarlo o no, y de acuerdo a ese resultado, pedirle una dieta personalizada a tu médico.

Como bien dijimos, cualquier compuesto, sustancia o alimento puede causarte intolerancia alimentaria, pero si quieres prevenirla, es muy importante cuidar la flora intestinal llevando una dieta sana y equilibrada.

Ahora que ya sabes un poco más sobre las intolerancias alimentarias y de cómo paliar sus síntomas te aconsejamos que acudas a tu médico de cabecera y que el diagnóstico y su tratamientos sean más precisos. También puedes contactar con nuestras nutricionistas para que te asesoren si ya tienes un diagnóstico. Te aconsejamos qué alimentos saludables te ayudarán a cuidar tu intestino.

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Soy diestista-nutricionista por la Universidad de Alicante. Me baso en ayudar a cambiar el estilo de vida de las personas para conseguir mejorar su salud física y mental. Ya que un cambio de habitos hace sentirte mejor contigo mismo y ganar confianza en tu día a día. Siempre trabajo desde la educación nutricional para lograr los objetivos personales sin esfuerzo.