A medida que las personas envejecemos, el dolor en las articulaciones se va deteriorando. Esto también se relaciona con la aparición de diferentes enfermedades articulares como la artritis, este padecimiento causa inflamación en las articulaciones, esto puede provocar dolor, rigidez y también inflamación; la bursitis es otra afección articular que causa la inflamación de una bolsa de líquido que se ubica cerca de las articulaciones; los sarcomas sinoviales por su parte son un tipo de cáncer que puede aparecer cerca de articulaciones como las rodillas, estos son solo algunos de los padecimientos articulares que pueden llegar a afectar a nuestro cuerpo.
Por esta razón es importante cuidar nuestra alimentación de forma temprana, pues esto puede ayudarnos a mejorar el dolor articular y además podríamos adelgazar 10 kilos o perder el peso de más que puede estar afectando nuestras articulaciones. Asimismo, seguir una buena alimentación puede ayudarnos a obtener los nutrientes, vitaminas y minerales que nuestro organismo necesita para tener un buen desempeño, y seguir una dieta para adelgazar adecuada puede ser una excelente forma de frenar el desgaste de las articulaciones.
Aspectos a tener en cuenta para mejorar el dolor articular
Aunque la edad es un factor importante, hay otros aspectos a tener en cuenta como el caso de las personas con sobrepeso, o las que suelen practicar deporte asiduamente, ya que pueden sufrir problemas articulares a temprana edad.
Otro factor primordial, que puede aumentar el deterioro las articulaciones, es el llevar una alimentación errónea. Esto es bastante común, pues la mayoría de las personas suelen consumir en exceso alimentos perjudiciales como azúcares (galletas, pasteles, bollería, refrescos…), alcohol, embutidos, carnes rojas (ternera, buey, caballo, cordero…), y el glutamato monosódico, que es un aditivo utilizado para potenciar el sabor en infinidad de productos industriales. De esta forma, el consumo frecuente de este tipo de productos acaba perjudicando nuestra salud y nuestras articulaciones.
Relación entre el dolor en las articulaciones y la alimentación
Mientras algunos productos pueden ser bastante perjudiciales, hay otros alimentos que pueden ayudar a prevenir y a mejorar el desgaste que puede presentarse en las articulaciones. Entre este tipo de alimentos podemos mencionar aquellos que son ricos en vitamina C y D, calcio, fósforo, magnesio, silicio y azufre. Algunos de los alimentos que contienen estos nutrientes son los siguientes:
- Frutos secos y semillas: ricos en fibra y grasas insaturadas (grasas saludables), proteína vegetal y potasio, calcio, fósforo, hierro y zinc, entre otros. Además, las características de los frutos secos hacen que sean excelentes aliados del corazón y que también protejan la salud de los huesos y de los músculos. Asimismo, muchos frutos secos tienen características antioxidantes que pueden beneficiar enormemente a nuestro organismo. Algunos frutos secos que puedes incorporar a tu dieta son las almendras, los anacardos, las avellanas, las castañas, las semillas de calabaza, las nueces, los pistachos o los piñones.
- Legumbres: las legumbres son alimentos muy ricos en proteínas vegetales y minerales como calcio, yodo, hierro y magnesio, también aportan vitaminas del grupo B y fibra. Además, las legumbres suelen ser también bajas en grasa, en colesterol y en sodio. Esto hace que las legumbres sean productos maravillosos para incluir en nuestra alimentación saludable, pues nos aportan numerosos beneficios y son fantásticas para coadyuvar a mejorar o a prevenir el dolor articular. Entre estos alimentos se pueden mencionar: garbanzos, lentejas, soja, frijoles, guisantes, arvejas, etc.
- Cereales integrales: estos alimentos son una fabulosa fuente de magnesio, aportan una cantidad considerable de fibra (lo que es excelente para nuestro sistema digestivo), son ricos en vitamina B, contienen hierro, selenio, folato y potasio. Algunos ejemplos de cereales integrales incluyen la avena, el arroz, la cebada, el trigo sarraceno, el centeno, la quinoa, el amaranto, mijo, alforfón, entre otros.
- Verduras de hoja verde: las verduras de hoja verde son conocidas por ser uno de los alimentos más saludables, por ello sobran las razones para incluirlas en nuestra dieta. Ya que también parece ser que las verduras de hoja verde podrían ayudar a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas u otros padecimientos. Además, la mayor parte de este tipo de alimentos concentran gran cantidad de magnesio. Entre los ejemplos de verduras de hoja verde que puedes añadir a tus preparaciones se encuentran: la rúcula (fuente de vitamina K), las coles (contienen fibra, calcio, ácido fólico y carotenoides), lechuga (vitamina A, hierro y vitamina K), acelga (carotenoides, flavonoides antioxidantes, vitamina A, vitamina C y vitamina K), espinacas (aportan hierro, vitamina K, ácido fólico y potasio). De esta forma es conveniente incorporar en nuestra dieta diferentes verduras de hoja verde, pues cada una puede aportarnos beneficios variados que serán excelentes para nuestra salud.
- Frutas deshidratadas: tienen altas cantidades de polifenoles que ayudan a restaurar la masa ósea y la estructura del hueso. Además, las frutas deshidratadas pueden aportarnos bastante energía, contienen vitaminas del tipo B y vitamina K, minerales como potasio, hierro, calcio, magnesio; suelen tener una cantidad considerable de fibra, son alimentos saciantes y muchas frutas deshidratadas tienen características antioxidantes sustanciales. Y otro factor fabuloso de las frutas deshidratadas es que son una merienda fantástica y fácil de llevar.
- Verduras y hortalizas: las verduras y las hortalizas se encuentran entre el tipo de alimentos que no deben faltar en nuestra despensa, pues se trata de productos bajos en calorías y en grasa, y ricos en agua, fibra, vitaminas y minerales. De esta forma, algunas de las vitaminas que suelen encontrarse en las verduras y hortalizas corresponden a la provitamina A, vitamina C, vitamina B1, vitamina B2 y niacina. Mientras que algunos minerales que se destacan son el hierro, el calcio, zinc, fósforo y el potasio. Concretamente las coles, ajos y puerros contienen gran cantidad de azufre.
- Aceite de oliva virgen extra: este tipo de aceite aporta antioxidantes para los tejidos, puede ayudar a aumentar los niveles de colesterol bueno (HDL) y puede también ser una alternativa para reducir los niveles de colesterol malo; esto último se debe a que el aceite de oliva extra virgen es rico en ácidos grasos monoinsaturados. Además, estas características hacen que esta variedad de aceite ayude a reducir los niveles de presión arterial y puede coadyuvar a prevenir la aparición de otros padecimientos.
Introducir estos alimentos a la dieta puede suponer una excelente manera de prevenir el dolor en las articulaciones y es también una forma fantástica de incluir en tu alimentación una serie de productos realmente nutritivos que pueden ser muy beneficiosos por sus características y por sus múltiples beneficios y propiedades.
Otro aspecto que puede ayudar a minimizar el desgaste de los cartílagos, y por consiguiente podría mejorar nuestras articulaciones, es la forma de cocinar los alimentos, ya que siempre es mejor evitar los procesos que fríen los alimentos o que los rebosan de sustancias no tan nutritivas.
Además se aconseja evitar ingerir en exceso los alimentos sintéticos, precocinados y procesados. Por el contrario, lo mejor que podemos hacer para mejorar la salud de nuestras articulaciones es incrementar el consumo de alimentos crudos, orgánicos, locales y de temporada. Asimismo, cocinar las verduras al vapor y los pescados y carnes al horno, ayuda a mantener mejor los nutrientes de los alimentos, lo que hace que nuestro cuerpo pueda aprovechar mejor estos nutrientes y mantener un desempeño óptimo.
Sugerimos unos hábitos a tener en cuenta
Además de tener en consideración nuestra alimentación diaria, también debemos mejorar algunos hábitos rutinarios, como no estar demasiado tiempo sentado o acostado. Llevar un tipo de calzado adecuado que no mueva el pie y que tenga buena sujeción puede ser otro elemento que podría mejorar la condición de nuestras articulaciones.
Asimismo, evitar cargar mucho peso y equiparar la carga, intentar agacharse en cuclillas sin encorvar la espalda y evitar los impactos en las rodillas, son solo algunas de las acciones que pueden llegar a ayudar a prevenir o disminuir el dolor articular.
Con esto llegamos a la conclusión de que la mejor forma de cuidarse es llevando una alimentación saludable, variada y equilibrada, pues es siempre lo más recomendable para tener una buena calidad de vida y tener el bienestar que tanto necesitamos para gozar plenamente del día a día.