¿Por qué no adelgazo? Bajar de peso, mejorar la composición corporal o adquirir buenos hábitos alimenticios se ha convertido en uno de los eternos propósitos de muchas personas que desean mejorar su apariencia, mantenerse sanos y sentirse bien pero, ¿cómo adelgazar de forma adecuada?
Muchos mitos y erróneos hábitos de alimentación suelen interferir en el logro de estos objetivos. Cuando no se tiene una orientación apropiada se cometen errores que generan consecuencias indeseables y, en lugar de alcanzar las metas previstas, los resultados se vuelven un problema de salud. Si tu plan es perder 5 kilos, 10 kilos, adelgazar 15 kilos o más, debes hacerlo siguiendo un plan de alimentación saludable recomendado por nutricionistas. Además, deberás incorporar sesiones de entrenamiento de baja, mediana o alta intensidad (dependiendo de tus metas) para obtener buenos resultados. Si tomas decisiones inadecuadas y optas por improvisaciones, dietas milagro u otros, es seguro que tu plan para adelgazar no funcione.
Así pues, si luego de haberlo intentado de muchas formas, aún te preguntas ¿por qué no adelgazo?, te invitamos a leer este artículo. Te explicaremos cuáles son los errores que se suelen cometer para bajar de peso y qué hacer para evitarlos.
¿Por qué no adelgazo?
Se cree que la necesidad de adelgazar es una cuestión que puede correr por cuenta propia o que se aprende usando técnicas que han funcionado con otros, no obstante, la experiencia nos ha dicho que muchas veces adelgazar sin tener una orientación adecuada, no es lo indicado. Contar con especialistas en el área de nutrición, endocrinólogos u otros expertos es fundamental cuando se requiere bajar de peso. Dietas personalizadas acompañadas de un buen plan de ejercicio y un seguimiento continuado, realizado por expertos, garantizan los objetivos deseados y buena salud.
Uno de los puntos clave en cualquier programa de adelgazamiento es la reeducación de las personas en cuanto a la necesidad de adquirir hábitos de alimentación saludables, de modo que estos perduren por el resto de la vida.
Dieta y ejercicio van cogidos de la mano. Es decir, que empezamos a cuidar nuestra alimentación y a practicar ejercicio físico al mismo tiempo. Pero ha pasado que todavía siguiendo todo esto, ¡no perdemos peso! Sucede que cuando nos sometemos a dietas para perder peso cometemos muchos errores.
Lo primero que debemos de tener en cuenta es que si empezamos a hacer deporte, también estamos desarrollando músculo, el cual aumenta de volumen y, con ello, el peso. Este es uno de los factores que no solemos mirar. Pero… ¿Qué es lo que estamos haciendo mal? Echa un vistazo a los errores que más se cometen cuando se quiere bajar de peso.
Pensar en la “dieta” y no en un “cambio de hábitos”
Frecuentemente solemos cuidar la dieta entre semana, mientras que el fin de semana descuidamos un poco la alimentación. También es común asumir que estar a dieta es sinónimo de restricciones. Ninguna de las elecciones es sostenible en el tiempo. El error comienza en el planteamiento, hacer énfasis en “voy a ponerme a dieta” y no en “voy a cambiar de hábitos”. Cuando nos centramos en la adquisición de nuevos hábitos y en la búsqueda de una alimentación saludable, se incrementan las posibilidades de que nuestra salud mejore, de adelgazar y de mantener esta pérdida de peso en el tiempo.
Comer poco
Uno de los fallos más comunes es comer poco. Aunque te parezca increíble, comer poco y pasar hambre no ayuda a la pérdida de peso. Una alimentación muy estricta, está relacionada con una deceleración del metabolismo, lo que dificulta la bajada de peso. Ocurre que el metabolismo se ralentiza para el consumo del mínimo de calorías pero, ante cualquier alteración en la dieta, las calorías se acumulan y, en lugar de perder peso, se gana mucho más.
Contar las calorías
Al igual que estar todo el día contando kcal, cuando es más importante conocer de dónde provienen estas calorías. Es decir, el efecto que tienen las calorías que vienen de las grasas trans, es muy diferente a las que vienen de las grasas monoinsaturadas, y están aportando el mismo número de calorías.
El intentar consumir menos calorías también nos lleva a comprar alimentos light. Pero un alimento que sea light, no significa que vaya a ayudarnos a perder de peso. Es más, estos alimentos consiguen eliminar el sentimiento de culpa cuando lo comemos, porque pensamos que engordan menos, y en muchas ocasiones se acaba consumiendo más cantidad de calorías. Para que un alimento se le etiquete como light, debe aportar un 30% de calorías menos que el alimento en su versión normal, lo cual no significa que no engorde o que podamos comer todo lo que queramos.
Además, hay que consumir más calorías de las que se ingieren para poder perder peso. De manera que, por muy pocas calorías que se ingieran a través de la alimentación, si no se tiene la actividad física requerida para quemar calorías, se puede ganar peso.
Hacer la dieta de otros
Tampoco sirve hacer la dieta de otros, ya sea la que ha hecho tu amigo, vecino, compañero de trabajo o familiar… Todos somos diferentes, tenemos ritmos de vida diferentes y por lo tanto necesitamos una alimentación diferente. Lo ideal es conseguir tener una alimentación saludable adaptada a ti, donde se tiene en cuenta el tipo de trabajo que tienes, el tiempo que tienes para cocinar y/o el ejercicio que realizas. Hay muchos factores que difieren de una persona a otra.
Eliminar los carbohidratos complejos de la dieta
El más común de todos los fallos en las dietas para bajar de peso es el de eliminar los hidratos de carbono de la alimentación habitual. Además de que el día que los volvamos a incorporarlos en nuestra alimentación nos va a provocar un efecto rebote, la eliminación de un grupo de alimentos en concreto también nos provoca ansiedad y nos lleva a experimentar momentos de atracones alimentarios.
Por ejemplo, es muy habitual creer que reducir la ingesta de pan, pasta, arroz o patatas ayuda en la pérdida de peso. Sin embargo, cuando esto se hace, el resultado es que la ansiedad se dispara. Y es que, cuando se eliminan los carbohidratos complejos, nuestro cuerpo de inmediato comienza a demandar el consumo de dulces. De manera que, irremediablemente, es seguro que busques saciar tu ansiedad con galletas, chocolate, bollería o cualquier tipo de alimentos inadecuados.
El abuso de zumos detox y batidos
Con la intención de depurar nuestro cuerpo o con fines compensatorios es muy frecuente consumir a diario zumos, batidos o licuados detox. Pero en realidad, si queremos reducir la ingesta de calorías y de azúcares simples, no lo lograremos con este hábito. Adicionalmente, no es necesario ni compensar ni desintoxicarte; tu cuerpo tiene la capacidad de seguir sus procesos de depuración de forma natural. Lo mejor es comer frutas enteras, equilibrar la ingesta de proteínas y carbohidratos, y llevar una sana alimentación.
No es lo mismo comer sano que comer con el propósito de bajar de peso
Es fundamental alimentarse saludablemente, sin embargo, no es igual comer sano que comer para perder peso. Cuando la meta es adelgazar, no solo es prioridad llevar a cabo una alimentación sana, sino que también es esencial tener una restricción calórica que se mantenga en el tiempo de acuerdo con las necesidades de cada persona. Lo más recomendable es contactar con un dietista-nutricionista que, durante este proceso de adelgazamiento, pueda orientarte y hacerte un seguimiento.
No comer fruta
Creer que comer fruta engorda es un mito que se ha extendido. Este mito se ha extendido como consecuencia de la fructosa, un azúcar simple que se encuentra en las frutas. Pero, si bien es cierto que las frutas contienen fructosa, esta no se comporta al igual que el azúcar de mesa (sacarosa) que ponemos en el café.
Además, comer fruta es la mejor forma de evitar picotear alimentos insanos. Puedes tomar de 2 a tres frutas a diario entre horas (antes de la comida) o como postre.
Uso excesivo de sal
Aunque la sal no engorda ni suma calorías, puede generar un aumento de peso relacionado con los cambios en los fluidos corporales, es decir, como consecuencia de una retención de líquidos, ya que el sodio (Na ), contenido en la sal, para lograr un equilibrio electrolítico causa este efecto. El uso excesivo de la sal en las comidas, además de que evita la pérdida de peso, también nos puede derivar a enfermedades como la hipertensión o problemas renales.
Falta de hidratación
Otro punto importante que debes considerar como un fallo para bajar de peso es la falta de hidratación, esta es importante porque podemos llegar a confundir la sensación de sed con la de hambre. Además, no estar bien hidratados nos puede llevar a tener retención de líquidos.
Otros factores
Aunque quizás no sean factores sino más bien circunstancias, un mal descanso, la edad, el estrés y alteraciones metabólicas sin diagnosticar, son elementos que también intervienen en la falta de pérdida de peso. En este sentido:
- No dormir bien es contraindicado para perder peso.
- La edad también se puede convertir en un factor interviniente para adelgazar. Con el paso de los años se empieza a ganar grasa y a perder músculo. Esto es propio del envejecimiento, en el que la actividad física tiene mucho que ver.
- Situaciones de estrés o la misma presión de querer bajar de peso, puede intervenir negativamente en el proceso.
- Si te encuentras realizando una dieta supervisada por un dietista-nutricionista y, aun así, no consigues perder peso, debes destacar algún tipo de alteración metabólica no diagnosticada, como diabetes, problemas de tiroides, hipertensión, etc. Para ello, debes acudir al especialista adecuado. En estos casos, la actuación de un endocrinólogo puede ser crucial. Este especialista podrá hacer un diagnóstico y, antes de establecer un plan de adelgazamiento, podrá tratarlas convenientemente o te indicará que se debe tener en cuenta en atención al problema.
También podemos optar por dietas ricas en alimentos que activen la hormona leptina. Esta hormona tiene la propiedad de regular el apetito y puede favorecer la pérdida de peso, siempre y cuando se lleve a cabo de forma equilibrada complementada con ejercicio regular.
Los alimentos que activan esta proteína no solo reducen el apetito, sino que pueden llegar hasta a suprimirlo por completo. Aunque esta es una forma de adelgazar sin recurrir a productos químicos ni tomar el riesgo de cirugías invasivas, ninguna dieta debe hacerse de manera desinformada, siempre es recomendable consultar con los expertos.
Si quieres aprender a llevar una alimentación equilibrada, sin pasar hambre y disfrutando de la comida saludable, te recomiendo que te pongas en contacto con un profesional del tema, es decir, ponte en manos de un dietista-nutricionista.