Queremos hablarte sobre la alimentación para la gastritis, un problema que es frecuente en la sociedad y por eso nosotras queremos asesorarte con una buena dieta personalizada para paliar y combatir los síntomas. El estómago es la parte del sistema digestivo más dilatada y musculosa. Está ubicado en la parte superior izquierda de la cavidad abdominal, justo debajo del diafragma.

Tiene una capacidad de unos 2 litros y tiene dos aberturas, una es conocida con el nombre de cardias, que es el que está ubicado en la parte superior y que comunica el estómago con el esófago, y en la parte inferior está la otra abertura conocida con el nombre de píloro y que comunica el estómago con el duodeno, los dos están envueltos con un anillo de tejido muscular liso, el esfínter esofágico y el esfínter pilórico y, además, en el estómago es donde se descomponen los alimentos, por lo que es de vital importancia tener una dieta para adelgazar personalizada por nutricionistas que oriente sobre la alimentación adecuada en cada caso.

Una de las patologías más conocidas que se dan en el estómago es la gastritis, que hace referencia a las patologías que provocan una inflamación aguda o crónica de la mucosa que recubre las paredes del estómago. Esta inflamación se puede deber a diferentes causas cursando diferentes síntomas que abordaremos más adelante. Es probable que su aparición se produzca de forma repentina, en este caso se trataría de una gastritis aguda, o de forma paulatina en el tiempo, tratándose así de una gastritis crónica. No obstante, en la mayoría de los casos no reviste gravedad y con el tratamiento adecuado, presenta una rápida recuperación.

Es habitual en algún momento, haber tenido episodios de inflamación e irritación estomacal y que no han requerido atención médica y su duración ha sido breve, aunque si revierte en dolor intenso, vómitos recurrentes y aturdimiento o mareo, lo mejor es asistir de inmediato a tu médico para que haga una valoración clínica.

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Síntomas de la gastritis

Para un mejor diagnóstico, lo mejor es conocer cuáles son sus síntomas:

Dolor o molestia en la parte superior del abdomen
Sensación de saciedad demasiado pronto durante o después de una comida
Náuseas o vómitos
Heces de color negro o mezcladas con sangre
Calambres o molestias en el abdomen
Cansancio o mareo
Vómito con sangre

Causas de la gastritis

Una de las causas de la gastritis es debida a debilidad o lesión de la barrera mucosa que protege la pared estomacal, lo que hace que los jugos gástricos dañen e inflamen el revestimiento del estómago.

Otro origen puede ser por infección de la bacteria Helicobacter Pylori, o tener contacto durante largo periodo de tiempo con sustancias irritantes para el estómago como los antiinflamatorios no esteroides o el alcohol.

Por otro lado, también puede presentarse una gastritis autoinmunitaria que se produce cuando el sistema inmunitario ataca las células sanas que se encuentran en el revestimiento del estómago.

También hay enfermedades como la celiaquía o enfermedad de crohn que pueden provocar gastritis, o tratamientos como la quimioterapia o radioterapia.

Aunque en la mayoría de los casos no se requieren pruebas y con un tratamiento farmacológico los síntomas suelen remitir, si el médico lo considera o empeora la situación del enfermo, puede solicitar la realización de un análisis de heces para detectar la presencia de sangre o de una endoscopia digestiva para examinar el estómago y parte del intestino delgado, incluso si fuera necesario, se puede realizar una biopsia de la mucosa gástrica.

El tratamiento definitivo dependerá del agente causante, de la gravedad de la enfermedad y de los síntomas, es habitual la utilización de algunos medicamentos como antiácidos que disminuyen el ácido gástrico provocado por las glándulas que recubren las paredes estomacales como pueden ser el omeprazol, pantoprazol o esomeprazol aunque normalmente solo se utilizan fármacos cuando el origen es una infección bacteriana.

Alimentación para la gastritis

A pesar de que lo mejor es el tratamiento pautado por un médico, podemos acompañar el tratamiento farmacológico con una alimentación adecuada, teniendo en cuenta qué alimentos pueden ayudarnos a mejorar la situación y cuales pueden provocar un empeoramiento de los síntomas, por eso es fundamental seguir algunas recomendaciones dietéticas que pueden ayudarnos.

Uno de los consejos a tener en cuenta, es evitar las verduras y hortalizas que puedan provocar flatulencias como el brócoli, la coliflor o los pimientos, tampoco es conveniente ingerir frutas ácidas como los cítricos o poco maduras, por el contrario, puede venir bien, cocinar las verduras al vapor o hervidas y sin condimentar en exceso.

Otra sugerencia es limitar el consumo de cereales únicamente al arroz blanco, que suele ser menos agresivo para la mucosa gástrica, evitando los cereales integrales.

Las bebidas gaseosas, con cafeína , azucaradas o energéticas tampoco se recomiendan, ya que pueden agravar la inflamación.

El tabaco, el alcohol y otros tóxicos también conviene dejarlos a un lado.

Por contra, hay alimentos que pueden ayudarnos a minimizar los síntomas y a tener una mejor recuperación y aunque no se considera un tratamiento como tal, sí que es conveniente tener en cuenta estas pautas alimentarias para recobrar lo antes posible la salud estomacal, como el consumo de bebidas vegetales como la de avena y alimentos ricos en vitamina D como los pescados azules, ya que, tiene un papel biológico muy importante y tiene propiedades antiinflamatorias, antifibróticas e inmunomodulatorias, regula la proliferación y diferenciación de las células y puede reducir el riesgo de infección.

Hay que tener en cuenta que seguir una alimentación para la gastritis, en ningún caso se tiene que utilizar como un tratamiento a las causas, sino como un acompañamiento para ayudar a reducir los síntomas.

Las pautas alimentarias unidas a la práctica de forma regular de ejercicio, pueden ser beneficiosas también para mejorar los procesos digestivos y el tránsito intestinal, por lo que, en definitiva, establecer unos hábitos de vida saludables controlando la alimentación y eligiendo alimentos naturales que mejoran las digestiones, reduzcan la inflamación y calman los síntomas pueden hacer que la mejora de esta patología sea más rápida y llevadera.

No obstante siempre bajo el criterio de un experto en nutrición y con la supervisión de un médico que corrobore que las pautas no perjudicarán el tratamiento farmacológico pautado en la consulta del especialista digestivo.