Cada día somos más conscientes de que cuidando nuestra alimentación podemos encontrarnos mejor con dietas para adelgazar efectivas y adaptadas a nuestro cuerpo . Sabemos que elegir los alimentos que consumimos cuidadosamente nos puede ayudar a estar más o menos sanos. En este post te queremos hablar sobre el consumo moderado de algas.
Dentro de todas las opciones que podemos encontrar en el mercado, siempre habrá opciones que son realmente saludables, otras que lo son menos y por supuesto otras que no lo son pero nos venden como que sí. Por eso es tan importante informarnos de las cualidades de los alimentos y cuáles vale la pena consumir y cuáles no.
También existen alimentos que son saludables pero que debemos consumir con moderación. Y en este grupo encontramos a las algas.
Las algas marinas están actualmente de moda en nuestro territorio y se observa un notable aumento en su consumo, entre otras cosas por la extendida idea de que son un alimento muy saludable.
En otros lugares del mundo, como China o Japón, se llevan consumiendo desde hace muchos muchos años. Esto es precisamente por lo que sus cuerpos están perfectamente adaptados a un consumo más habitual y elevado de algas. Pero en nuestro caso es necesario que nos preguntemos: ¿son tan saludables las algas? ¿Es necesario que las incluyamos habitualmente en nuestra alimentación?
¿Qué son las algas?
Podríamos decir que las algas son las verduras del mar. Son muy ricas en vitaminas y minerales, y muy bajas en grasas. Esto, a primera vista nos hace pensar en ellas como un alimento milagroso. Y no es que no sean saludables, pero tenemos que consumirlas con moderación.
Tipos de algas
Existen gran variedad de algas, lo que las hace muy versátiles en la cocina. Según lo que se necesite, podemos utilizar unas u otras. Algunas de las algas más conocidas son:
- Alga nori: se presentan prensadas, con aspecto de hoja de papel. Se tuestan antes de consumirlas, y se pueden tomar troceadas junto con sopas o verduras, o para enrollar otros alimentos. Estas algas son ricas en vitamina A, vitaminas del grupo B y minerales como calcio, hierro y potasio.
- Alga kombu: alga verde oscura y de textura dura. Es de las más ricas en yodo. Contienen ácido glutámico, compuesto que ayuda en el ablandamiento de la fibra de los vegetales, de ahí que se utilice en guisos de legumbres. Muy ricas en calcio y hierro.
- Alga arame: de color negro. Gran contenido en hierro y calcio. Bajo contenido en sodio, y de sabor más suave que otras algas.
- Agar-agar: estas algas tienen un sabor neutro, y se utilizan para hacer gelatinas. Es una alternativa a las gelatinas animales.
- Alga wakame: de textura suave y color verde oscuro. Rica en vitaminas del grupo B y calcio.
Estas son algunas de las algas que podemos encontrar en el mercado, pero la lista es más larga. Las podemos utilizar en ensaldas, caldos, sopas… También podemos encontrarlas en productos a base de algas, en restaurantes… Nuestro contacto con ellas actualmente es mucho mayor que hace algunos años, y precisamente por eso debemos prestar cierta atención a su consumo.
Como has visto, las algas marinas son ricas en minerales como el yodo, calcio y hierro y en diferentes vitaminas. Esto puede ser muy interesante, pero al mismo tiempo debemos consumirlas en cantidades moderadas, ya que los niveles de algunos de estos nutrientes pueden ser muy elevados y llevar a desequilibrio en nuestro cuerpo.
A tener en cuenta
Aunque puede ser un alimento muy rico en nutrientes, hay que tener en cuenta que hay personas que es mejor que eviten su consumo:
– al ser un alimento procedente del mar, y ser ricas en sodio, no es recomendable que las personas con hipertensión las consuman, y si lo hacen que sea en cantidades muy pequeñas.
– tampoco es recomendable su consumo en aquellas personas que tienen desajustes de la tiroides, como por ejemplo hipertiroidismo, ya que puede haber exceso de yodo.
El yodo
Aunque puede haber ciertos problemas de deficiencia de yodo en la población. Este problema se ha intentado reducir recomendando sal yodada a la población. ¿Por qué sal yodada? Porque en el proceso de limpieza de la sal se acaba con el yodo que esta contiene. Y si es necesario el yodo, ¿por qué tenemos que consumir algas de forma moderada?
Resulta que las algas tienen alto contenido en yodo, pero los niveles de este mineral están muy por encima de los límites establecidos por las autoridades sanitarias. Por lo tanto, a largo plazo los efectos pueden ser más negativos que positivos.
Así que lo ideal es consumir algas de forma moderada, más como condimento que como alimento principal. A diferencia de otras poblaciones, como la japonesa por ejemplo, nuestro cuerpo no está adaptado a consumir grandes cantidades de algas.
Una alimentación equilibrada: la mejor opción con un consumo moderado de algas
Si te preocupa tu alimentación y las posibles carencias nutricionales que puedas tener lo ideal es planificar bien tu alimentación. Lo más recomendable es tener una alimentación variada en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado y carne de buena calidad, frutos secos… Teniendo variedad nos aseguramos la variedad nutricional y es mucho más complicado que tengamos carencias nutricionales, a no ser que exista alguna enfermedad que nos lo impida.
En algunas ocasiones ponemos más energía en buscar parches y no en hacer un cambio más profundo en nuestra alimentación. No se trata de tomar dos o tres cosas que actúen como parche a nuestros “errores” a la hora de alimentarnos. No hay ningún alimento milagroso. Repito: no hay ningún alimento milagroso ni con superpoderes que compense una mala alimentación.
Así que, por mucho que las algas puedan parecer una solución mágica, no lo son.
Asegúrate de tener una alimentación equilibrada y variada, con pocos alimentos ultraprocesados, salsas, fritos, rebozados… Busca tener una alimentación saludable cada día, sin necesidad de tener que buscar alimentos que compensen los malos hábitos. Elegir bien hoy es el camino a la salud de mañana y dejar los problemas de salud lo más lejos posible.
Lo ideal es mantener una alimentación saludable y equilibrada de forma habitual y no buscar compensar nuestros excesos ni malos hábitos con alimentos milagrosos.
Los alimentos milagrosos no existen.