hábitos saludables

Estamos en un momento social en el que la imagen es casi lo más importante. Pero ya hemos visto que realmente no lo es. Lo importante es estar sanos siguiendo unos hábitos saludables, y si lo estamos es muy probable, por no decir seguro, que nuestro aspecto exterior sea el que buscamos.  

Para tener buena salud, perder peso, vernos y sentirnos bien en condiciones físicas y mentales, no solo es necesario someternos a una dieta y a un buen plan de actividad física; también es importante tener hábitos de vida saludable. De hecho, para perder peso o controlar nuestra alimentación, uno de los aspectos que debemos tener en cuenta es la velocidad a la que comemos. Si comes muy rápido, comerás más de lo que necesitas, y como consecuencia irás ganando peso.

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Por ejemplo, adelgazar 10 kilos, no implica solamente adaptarse a un tratamiento dietético y ejercicio físico regular, es necesario optar por un estilo de vida saludable. Si tenemos una dieta y hacemos ejercicios pero tenemos el hábito de comer de prisa y no masticar bien los alimentos, en lugar de bajar de peso, tendremos mayores posibilidades de engordar. ¿Qué es lo que ocurre? Cuando se come muy rápido se pierde la conciencia de lo que se come, la digestión es más pesada y, consecuentemente, se tarda más de lo normal en percibir la sensación de saciedad. Esto nos lleva a ir más allá de solo preocuparnos por los alimentos que ponemos en el plato, nos lleva a prestar mayor atención a cómo comemos. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de los problemas crecientes más importantes del mundo desarrollado es la obesidad y, entre los factores que explican dicho incremento está el hecho de adoptar unos hábitos alimentarios poco saludables, como comer rápido o alimentarse demasiado a menudo de comidas precocidas.

Poner en práctica ciertos hábitos saludables puede ayudarnos a perder peso, tener calidad de vida y reducir los factores de riesgos del sobrepeso y la obesidad. Así que presta atención a las siguientes recomendaciones si quieres mejorar ese aspecto.

Beneficios de no comer rápido

Asegurarnos de tener una dieta equilibrada, natural, nutritiva y variada es muy importante a la hora de cuidar el peso, comer bien y mantenernos sanos. Pero a su vez, para adquirir hábitos saludables también es clave considerar la forma en cómo se come. Darse atracones fuera de control o comer de forma compulsiva, es un problema que no solo va a generar que ganemos unos cuántos kilos de más, sino que puede ocasionar serios trastornos de ansiedad, o problemas de salud (enfermedades cardiovasculares, sobrepeso, problemas respiratorios, etc.) de mayor cuidado que requieran, incluso, la atención inmediata de un especialista.

Pero además, no comer rápido tiene muchos beneficios. Cuando comemos despacio:

  • Disfrutamos más de la comida, percibimos con mayor placer los sabores y nos hacemos conscientes del valor de comer.
  • Tenemos control de las cantidades que consumimos.
  • Experimentamos saciedad con menos cantidad de alimentos.
  • Se favorece el control del peso corporal ya que se previene el aumento de peso.
  • Nuestro cuerpo recibe en mejores condiciones los alimentos, y el proceso digestivo se lleva a cabo adecuadamente. En casos de problemas gástricos, por ejemplo, comer despacio es muy recomendable.
  • Podemos socializar, relajarnos y despejarnos de preocupaciones.

Por todas estas razones y muchas otras más es importante no comer rápido. Hay que disfrutar el acto de comer, saboreando los alimentos y haciéndonos conscientes de lo que comemos. Esta práctica debe formar parte de la higiene personal y de los hábitos saludables que debemos llevar en nuestra vida diaria.

¿Por qué no es aconsejable comer rápido?

Es posible que, según sea nuestra percepción, sintamos que nuestra ingesta es lenta; sin embargo, realizar una comida completa en 10 minutos, significa comer rápido. No tomarnos el tiempo necesario para disfrutar de la comida nos aleja de tener buenos hábitos saludables, y te voy a explicar por qué:

  • Ni saboreamos ni disfrutamos de la comida.
  • Comemos más de lo que necesitamos: nuestro cerebro tarda unos 20 minutos aproximadamente en recibir la señal de saciedad. Si comes despacio podrás detectar fácilmente cuando estás lleno, y por tanto comerás menos.
  • La indigestión, el empacho o la acidez son muchas veces consecuencia de comer rápido. Comer despacio es fundamental para las personas que padecen acidez, reflujo o molestias digestivas. Comiendo despacio te será más fácil evitar este tipo de molestias.

Comer despacio implica que, bien sea el desayuno, la comida, merienda o cena se realice en no menos de 20 minutos y, de ser posible, lo más aconsejable es hacer una comida completa en 30 minutos.

Es muy importante que nos tomemos tiempo para dedicar a la comida. Esta práctica es saludable y genera bienestar físico, mental y social. También es clave que identifiquemos cuánto tiempo demoramos en terminar una comida. De esta manera podremos determinar la necesidad de bajar la velocidad con qué comemos.

Otras razones por las cuáles comemos rápido

Hay otros motivos por los que podemos tener la costumbre de comer rápido. La ansiedad, la falta de tiempo y el hambre son algunos de ellos. ¿Cómo solucionamos esto? Te propongo algunas ideas.

  • Para no llegar a las comidas con mucha hambre, intenta no pasar muchas horas sin comer nada. Tomar algo a media mañana o a media tarde puede ser la clave para evitar los atracones. 
  • Si tienes ansiedad, date una ducha, sal a dar un paseo o busca cualquier actividad que te ayude a centrarte en otra cosa. Así evitarás las tentaciones. De todas formas, ya hablaremos de esto más adelante.

Por último, si en tu caso es la falta de tiempo lo que te hace comer rápido, intenta tener la comida preparada con antelación, por supuesto, que sea una opción saludable. De esta manera podrás invertir el tiempo de cocinado en comer y por tanto, comerás más pausadamente.

Hábitos saludables para aprender a comer despacio

Si has notado que comes muy rápido, debes prestar atención a los beneficios de comer despacio. Aparte de todo esto, te propongo una serie de hábitos saludables que pueden ayudarte a disminuir el ritmo de tus comidas. Si las pones en práctica, en poco tiempo se volverán un hábito.

  • Come con la mano no dominante. Si eres diestro, come con la zurda (o viceversa). Al resultar más complicada la tarea, comerás más despacio. Además, esto tiene recompensa doble. Ayuda a trabajar tu cerebro y mejora tu atención y concentración.
  • Bebe agua y evita el consumo de alcohol. Entre un bocado y otro, bebe agua, de forma tal de enlentecer la comida, pausar la ingesta y mantenerte hidratado.
  • Come sin distracciones. Disfruta tu comida en la mesa, lejos del ordenador, fuera del lugar de trabajo, sin ver la televisión o el móvil. Cuando prestamos mayor atención a estos o a otros tipos de distractores, tendemos a comer más rápidamente sin percatarnos de ello.
  • Incorpora mayor cantidad de fibra en tu alimentación. Los alimentos ricos en fibra, además de favorecer la digestión, requieren de mayor masticación y, en consecuencia, demoran la velocidad de ingesta.
  • Deja el cubierto apoyado en la mesa después de cada bocado. No lo vuelvas a coger hasta que tengas que comer de nuevo. Esta técnica te permitirá dedicar mayor tiempo a cada bocado y por lo tanto, hará que comas más despacio.
  • No introduzcas comida en la boca hasta que esta esté completamente vacía. Solo teniendo la boca vacía es que puedes introducir un nuevo bocado, de lo contrario, perderás la oportunidad de disfrutar bien la comida y alimentarte sanamente. Estarás atropellando el proceso natural de la digestión y comerás más de lo normal.
  • Saborea tu comida atentamente. Siempre que te sea posible disfruta de la comida y no tengas prisa.
  • Come sentado y con consciencia sobre lo qué comes. Sentarse a la mesa ralentiza el tiempo de comida y además se come de manera más relajada. Además de esta forma podrás comer lentamente y concentrarte en el ritmo al que comes; mientras que si comes haciendo otra tarea, parado o con tu mente en otra parte, acabarás con lo que comes casi sin darte cuenta.
  • Mastica entre 20-30 veces cada bocado. Es un método un poco más tedioso, porque tienes que contar. Así y todo, es muy eficaz porque se reduce mucho la velocidad y además, el proceso de masticación se hace completo, facilitando mucho la posterior digestión.
  • Comen acompañado. Resulta conveniente tener compañía durante las comidas, sobre todo, para aquellas personas que suelen comer muy rápido. No hay que dejar de lado el hecho de que la comida sea una actividad social, un momento en donde podemos tener una charla agradable y disfrutar de la comida en compañía. El simple hecho de tener una conversación hará que se reduzca con mayor facilidad el ritmo de comer.
  • Usa palillos chinos. Esta opción es mucho más atrevida. El uso de palillos requiere más destreza y concentración. Esto te ayudará a comer más despacio.

Sé que a primera vista pueden parecer muchas cosas, pero no hace falta que las hagas todas. Pruébalas y encuentra la que mejor se adapte a ti. Al principio, requerirá atención y constancia, pero si lo haces, en poco tiempo lo harás de forma automática.

Recuerda que comer despacio es de gran importancia para cuidar la salud del organismo, por ello, ten en mente cómo lograrlo y disfrutarás de sus beneficios.

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Estudié Nutrición Humana y Dietética en la Universidad de Alicante y Ciencia y Tecnología de los Alimentos en la UPV. A lo largo de los años me he dado cuenta que ayudar a las personas a mejorar sus hábitos alimentarios y su día a día es lo que más me gusta de este trabajo, lo que me motiva a seguir con fuerza cada día.

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