La dieta blanda se basa en alimentos que no sean agresivos para el aparato digestivo, es decir, incluye aquellos alimentos que son de fácil digestión y evita los que estimulan la secreción de ácido clorhídrico. Este tipo de dieta para adelgazar se recomienda mantener después de sufrir una gastritis, un cólico, una úlcera, un episodio de diarrea o vómitos o un virus intestinal. Es decir, después de padecer cualquier enfermedad leve del aparato digestivo y debe ser recomendado por los servicios de salud.

 Anteriormente se recomendaba dejar reposar el estómago unas 24 horas, pero actualmente se recomienda comer en cuanto el estómago empieza a tolerar la introducción de alimentos poco a poco, aunque sí que hay que tener muy en cuenta que tipo de alimento debemos de introducir a nuestro organismo. Hay alimentos que coinciden con los incluidos en las dietas para personalizadas, pero aunque no es el momento de pensar en el peso, sí que sigue siendo importante cuidar nuestra salud.

 No debemos confundir la dieta blanda o de protección gástrica, que hace referencia a una dieta de fácil digestión, con la dieta de fácil masticación. Muchas veces nos viene a la mente dieta blanda como la dieta que incluye alimentos blandos, y no es así.

Ya que en la dieta blanda se puede incluir una pechuga de pollo a la plancha porque es fácil de digerir, pero no es un alimento blando, tierno, ni de fácil masticación. Es por este motivo, que en los hospitales se utiliza más el termino de dieta de protección gástrica. Y para los pacientes que necesiten una alimentación de textura blanda y tierna lo nombran como dieta de fácil masticación, donde se incluyen cremas, hervidos, sopas, compotas de frutas, yogures, queso fresco, carne y pescado hervido.

 Sin embargo, la dieta blanda incluye alimentos suaves, no muy picantes y con poca fibra. Si has de seguir las pautas de esta dieta, debe de haber sido recomendada por un profesional de la salud.

Alimentos que incluye la dieta blanda o de protección gástrica.

No tenemos que olivar que cuando seguimos las pautas de esta dieta es porque necesitamos que nuestro aparato digestivo trabaje lo mínimo posible para ayudarle a tener una pronta recuperación. Los alimentos aptos para una dieta blanda son:

– Cereales refinados (pasta, arroz blanco, pan blanco, cous-cous, tapioca)

– Patata

– Plátano maduro, manzana asada o madura, compota de frutas sin azúcar añadido o cualquier fruta madura, hervida, rallada o al horno, dependiendo de la tolerancia de cada uno

– Carnes blancas (pollo, pavo)

– Pescado blanco (merluza, lenguado, pescadilla)

– Proteína de origen vegetal como tofu sin ahumar, seitán, proteína aislada de soja

– Yogur natural, quesos frescos, requesón, leche semi o desnatada, bebidas vegetales sin azucares añadidos, kefir

– Huevo bien cocinado y según la tolerancia individual

– Verduras cocidas

– Caldos desgrasados sin exceso de sal, infusiones sin excitantes (hierbaluisa, manzanilla, anís estrellado) y hierbas aromáticas suaves (orégano, laurel, tomillo, romero, hinojo, eneldo)

Los alimentos que no incluyen o que es mejor evitar hasta tener una mejor tolerancia son:

– Cereales integrales

– Fruta cruda, en almíbar o confitada

– Verduras crudas o muy fibrosa

– Carnes rojas y embutidos

– Pescado azul, mariscos y moluscos

– Legumbre completa.

– Grasas como nata, mantequilla, margarina, manteca, quesos curados y semis

– Picantes, salsas, condimentos fuertes, café, chocolate, vinagre

– Encurtidos (pepinillos, aceitunas, cebollitas)

– Alimentos muy azucarados, bollería industrial o casera, comidas precocinadas y alimentos muy especiados

 Recomendaciones generales.

 A parte de tener en cuenta los alimentos permitidos y a evitar, también se debe de seguir una serie de recomendaciones:

– Mantener un horario fijo de comidas

– Comer despacio y masticar bien los alimentos, para facilitar lo máximo posible la digestión y el trabajo del aparato digestivo

– Utilizar técnicas de cocina bajas en grasa (vapor, hervido, purés, microondas, plancha o al horno)

– Evitar temperaturas extremas, preferentemente tomar la comida templadita

– No fumar

– Descansar de manera adecuada

– Reducir el estrés

– Reposar un rato tras las comidas

 

La introducción de alimentos deben ser poco a poco y según se vaya teniendo una mejor tolerancia. Partimos de un ayuno por enfermedad o patología leve del aparato digestivo. Así que esta alimentación tiene que ser completa pero que no le de mucho trabajo al aparato digestivo.

Por ejemplo, a la hora de introducir las legumbres, para mejorar su digestión se debe aplicar un doble remojo, una doble cocción y añadir un poco de comino o hinojo, además de empezar a tomarlas trituradas y pasadas por el chino. Al igual que el huevo, que debe de introducirse primero la clara, como hacer una tortilla francesa de claras, y según la tolerancia incluir el huevo completo, siempre bien cocinado.

Cada vez que introducimos un alimento nuevo tiene que ser en pequeñas cantidades. Como podrás comprobar es un tipo de alimentación muy distinta a la dieta keto

 

A continuación comento como podría ser, por ejemplo, el menú de un día:

Desayuno: Un vaso de leche semi o desnatada, tostada de pan blanco con un poco de aceite de oliva virgen y orégano.

Mitad mañana: Un plátano maduro.

Comida: Merluza al vapor con judías verdes y zanahoria

Merienda: Yogur desnatado natural con copos refinados de avena

Cena: Tortilla de calabacín y patata hervida

 

 A pesar de las listas de alimentos y de estas recomendaciones, debes de tener en cuenta que son recomendaciones generales, y que en muchos casos se precisa de una dieta personalizada dependiendo de la patología. La dieta blanda o de protección gástrica puede mantenerse durante dos o tres días, poco a poco ir introduciendo alimentos hacia una dieta normal. Si pasado unos días, las molestias son constantes y no hay una buena tolerancia, es imprescindible acudir atención médica.

 

Soy diestista-nutricionista por la Universidad de Alicante. Me baso en ayudar a cambiar el estilo de vida de las personas para conseguir mejorar su salud física y mental. Ya que un cambio de habitos hace sentirte mejor contigo mismo y ganar confianza en tu día a día. Siempre trabajo desde la educación nutricional para lograr los objetivos personales sin esfuerzo.