Actualmente disponemos de mucha información sobre gran cantidad de temas, como por ejemplo el de la alimentación intuitiva. Pero es posible que tanta información a nuestra alcance consiga el efecto contrario: la desinformación. Es difícil saber si la información es veraz o no. Nos cuesta aplicar filtros, saber si la fuente es fiable, y al final puede ser que las dudas sean mayores. Es positivo disponer de tanta información, poder compartir todo entre todas las personas del mundo, pero al mismo tiempo cualquier persona (con o sin formación específica) puede exponer y publicar lo que sea.
Un claro ejemplo de esto lo vemos en el campo de la nutrición y dietética, donde encontramos tantas fórmulas, métodos y dietas para adelgazar que pueden complicarnos saber cuál escoger. Mucha de la información que leemos o vemos no es cierta, alimenta mitos y tiene como base fórmulas mágicas. Aprender a elegir bien las fuentes de información y escoger profesionales formados que no te vendan soluciones milagrosas es el primer paso para elegir caminos más fiables y honestos.
Hoy en día existen una gran variedad de dietas que te acercan a conseguir el objetivo que estás buscando. Muchas de estas opciones son válidas, saludables y no ponen en riesgo la salud. Pero otras sí pueden hacerlo, ya que algunas personas buscan obtener beneficios propios (económicos principalmente) sin importarles que lo que venden o prometen sea cierto, esté comprobado o sea perjudicial para la salud. Por lo que informarnos bien al respecto sobre la dieta en cuestión, los resultados que ofrece y si es viable o no es algo que debemos hacer siempre.
Entre todos los métodos o dietas que existen, hoy hablamos aquí de la alimentación intuitiva, en que consiste y que puntos pueden ser positivos para nuestro bienestar físico y emocional.
¿Qué es la alimentación intuitiva?
Hace unos años, las nutricionistas Evelyn Tribole y Elyse Resch crearon lo que se conoce como Alimentación Intuitiva. Este enfoque promueve la confianza en el propio cuerpo, sabiendo que él nos irá indicando qué hacer, cómo cuándo comer o cuándo dejar de hacerlo, y así sentirnos bien. Surge como alternativa a las dietas estrictas, donde observaron que las personas que querían perder peso lo recuperan en poco tiempo y ni las formas ni los resultados no eran duraderos a largo plazo.
Principios básicos de la alimentación intuitiva
La alimentación intuitiva propone 10 puntos básicos, que son los siguientes:
- Rechazar la mentalidad de dieta: Se busca evitar la mala relación con la comida y la creencia que la delgadez es el único objetivo verdadero.
- Honrar el hambre: Es necesario comprender que el hambre aparece entre horas, que es un proceso biológico normal, y que es necesario tener confianza en uno mismo, en lo que se come, huyendo de las dietas restrictivas. Saber que la sensación de hambre existe y no tenerle miedo a no complacerla inmediatamente.
- Hacer las paces con la comida: No existen los alimentos prohibidos, ya que la comida tiene la función de proporcionar energía, pero también placer. Se busca eliminar la culpa, que la comida no ejerza un poder negativo sobre nosotros.
- Desafíar a la policía alimentaria: Huir de las dietas restrictivas y de los gurús, para evitar la culpa y que no se tenga una relación tóxica con la comida.
- Sentir la saciedad: Es importante aprender a entender las señales del cuerpo, las señales de hambre y saciedad que nos envía. Esto nos permite comer lo que necesitamos, desechando otras ideas que nos han recordado desde nuestra infancia, como la de que “hay que comérselo todo”. De esta manera se aprende a ajustar las cantidades que se necesitan realmente.
- Descubrir el factor de satisfacción: Es importante disfrutar cuando se come, por lo que no hay que prohibir experimentar placer. Si se prohíben demasiados alimentos, se puede crear el efecto contrario, que los deseemos más.
- Manejar las emociones sin usar alimentos: La comida no es una herramienta para manejar las emociones, por lo que al aprender a escucharnos dejaremos de confundir el hambre con otras emociones.
- Respetar nuestro cuerpo. La búsqueda del cuerpo adecuado determinado por la cultura de la dieta nos castiga en muchas ocasiones. Debemos aprender a celebrar que el cuerpo lo que nos permite es vivir, sea cual sea su tamaño o forma.
- Sentir la diferencia: La alimentación intuitiva cuestiona las creencias sobre el ejercicio físico, para entender que no se debe hacer ejercicio para compensar la comida o como castigo, si no por que nos gusta y nos hace sentir bien. Esa es la finalidad del movimiento.
- Honrar tu salud con una nutrición compasiva: Hay que ser compasivo y no cruel con uno mismo. La flexibilidad es la clave para sentirse bien y desprenderse de los prejuicios que muchas veces tenemos.
Beneficios de la alimentación intuitiva
Uno de los puntos que más interesante me parece es el de huir de la centralización del peso. ¿Esto qué quiere decir? Pues que el enfoque intuitivo es neutral en cuanto al peso, y no toma el peso como el principal indicador de salud. Esto es positivo porque refuerza que el peso no es lo único que define a una persona. Huye de la búsqueda del peso ideal, como si solo un peso concreto fuera lo adecuado, y todo lo que no esté en ese valor sea erróneo y poco saludable. Entender que muchos pesos pueden ser adecuados para nosotros es fundamental.
Es mucho más importante tener una buena relación con la comida, que las digestiones sean más ligeras, que el nivel de energía a lo largo del día sea estable y que tengamos una sensación de bienestar general. Todo eso cuenta más que gastar la energía en pesar un peso concreto y desatender todo lo demás. Si solo importa el peso, pero no como uno se siente a más grandes rasgos, podemos llegar a sentir frustración y tener peor humor, ya que estamos poniendo todo nuestro enfoque en algo que realmente no es lo más importante.
Además, este enfoque alimentario es sostenible en el tiempo, ya que promueve una buena relación con la comida, mejorando tambień la relación con nosotros mismos y disfrutar cuando comemos, algo primordial ya que nuestra relación con la alimentación es, a parte de una necesidad fisiológica, una parte fundamental en nuestras relaciones sociales.
Ahora bien, para llevar una alimentación intuitiva que sea beneficiosa para nuestra salud es necesario tener conocimientos sobre alimentación o acudir a profesionales fiables. Si no lo hacemos, podemos caer en tener una dieta poco variada, plagada de alimentos poco saludables, poco recomendables y con patrones basados únicamente en una intención fallida. Lo que quiero decir es que no podemos justificar, por ejemplo, que siempre se desayune bollería hasta la saciedad por que mi cuerpo me lo pide.
Hay que aprender a detectar y entender las señales que nos envía el cuerpo de forma real, no a satisfacer las necesidades y deseos en el momento sin pararse a pensar en las consecuencias reales sobre nuestro cuerpo. Y para ello es necesario el asesoramiento de una persona formada para este trabajo, para que nos guíe y nos proporcione las herramientas adecuadas. Ésta es la mejor forma para que el proceso sea beneficioso tanto física como emocionalmente, tu estado de ánimo sea estable y que tus elecciones sean cada vez mejores.