acne y alimentación

Seguro que alguna vez has oído hablar de que el chocolate provoca que te salgan granos. En este post te vamos a hablar del acné y alimentación ¿La aparición de los granos es culpa de ciertos alimentos o va más allá? Lo que está claro es que la alimentación juega un papel fundamental a la hora de minimizar los síntomas y mejorar la calidad de vida de la persona que padece acné. Por eso, con buenas dietas para adelgazar de forma saludable conseguirás rebajar los síntomas.

El acné es una patología dermatológica que se caracteriza por una inflamación crónica de las glándulas sebáceas. Cuando se obstruyen los folículos pilosos que hay debajo de la piel se forman puntos negros o espinillas, granos y protuberancias más profundas como pústulas, quistes o nódulos, especialmente en la zona de la cara, el cuello, el pecho, la espalda, los hombros y la parte superior de los brazos.

El acné puede presentarse a cualquier edad pero suele aparecer en la pubertad, entre los 15 y 19 años, prologándose a lo largo de muchos años. Se estima que 3 de cada 4 adolescentes padecen acné con importantes consecuencias sobre la calidad de vida de los afectados.

Sin embargo, el acné adulto cada vez es más común, sobre todo entre los 24 y 35 años, presentándose como primera vez o como recaída del acné padecido en la adolescencia.

Causas

En la patogenia del acné se encuentran cuatro posibles causas fundamentales:

  • La producción excesiva de sebo
  • La hiperqueratinización de los folículos pilosebáceos
  • Implicación de mecanismos inflamatorios
  • Hiperproliferación de la bacteria Cutibacterium acnes

En base a ello, estudios experimentales han estudiado la relación entre los factores estresantes fisiológicos y psicológicos con alteración del microbioma cutáneo e intestinal. Además se ha visto como no solo el acné, si no gran parte de las enfermedades cutáneas, como la psoriasis, la rosácea o la dermatitis atópica, tienen un mecanismo gastrointestinal, especialmente por un desequilibrio en la microbiota intestinal. La disbiosis del microbioma está fuertemente asociada a una alteración de la respuesta inmune que favorece la aparición de estas enfermedades.

¿Qué factores influyen en la aparición del acné?

  • Desequilibrio hormonal: un exceso de producción de andrógenos en hombres y síndrome premenstrual, embarazo o menopausia en mujeres. En el Síndrome del Ovario Poliquístico en el cual existe un exceso de hormonas masculinas en mujeres, es un caso de acné muy frecuente.
  • Desequilibrio en la microbiota intestinal: la disbiosis intestinal y el exceso de permeabilidad intestinal que puede dejar más tóxicos en nuestro organismo, producen una respuesta inflamatoria en el organismo que acaba repercutiendo en la salud de la piel, reflejando una piel menos limpia y sana.
  • Estrés: no está muy claro si el estrés provoca la aparición del acné o afecta directamente al intestino repercutiendo en la piel, lo que está claro es que las situaciones de estrés pueden favorecer el acné.
  • Anticonceptivos orales, corticoides: el acné es un efecto secundario de anticonceptivos hormonales y corticoides.
  • Cremas y cosméticos: la composición de ciertas cremas y cosméticos pueden obstruir los poros acumulando un exceso de sebo infectando la zona y manifestándose en forma de puntos negros, pústulas y granos.
  • Malos hábitos: una incorrecta alimentación, no limpiarse o limpiarse mal la cara, reventar los granos o tocarte la cara continuamente.

La clave en el tratamiento del acné es aplicar un tratamiento dermatológico adecuado combinado con una dieta personalizada y una correcta gestión del estrés.

Acné y Alimentación: Tratamiento nutricional

Respecto al tratamiento nutricional, será fundamental una alimentación antiinflamatoria que favorezca la detoxificación basada en alimentos frescos y naturales como las verduras, las legumbres y las frutas.

  • Alimentos con bajo índice glucémico, integrales y sin procesar. Como el arroz integral, la quinoa, la avena…La carga glucémica de los alimentos es muy importante en el control de los procesos inflamatorios. Los alimentos con índice glucémico alto que abundan en la dieta occidental, como los hidratos de carbono refinados (pan blanco, arroz blanco y pasta refinada) elevan la insulina y el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1) que favorecen la producción de sebo en la piel y aumentan la producción de hormonas masculinas en el cuerpo (andrógenos) relacionados con un empeoramiento del acné.
  • La vitamina B5 contribuye al equilibrio neuroendocrino. Podemos encontrarla en carnes, verduras, cereales o legumbres.

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  • Inmunonutrientes como la vitamina A, C, D, E y minerales como el magnesio y el zinc, antiinflamatorios y cicatrizantes. La vitamina A tiene actividad antiinflamatoria reduciendo la producción de sebo: la podemos encontrar en frutas y verduras de colores anaranjados y rojizos como el tomate, las zanahorias y por supuesto no olvidemos las propiedades de la calabaza, así como en la yema del huevo. La vitamina C ayuda a borrar las marcas del acné y reduce las manchas de la piel. ¿Qué alimentos contienen vitamina C? Los cítricos, los pimientos, el brócoli o el tomate son alimentos ricos en vitamina C. La vitamina E ayuda al proceso de renovación celular de la piel, se encuentra en frutos secos como las nueces, en semillas y hortalizas de hoja verde. El magnesio y el zinc tienen un efecto cicatrizante seborregulador, además de proporcionar a tu organismo las defensas necesarias para hacer frente a las bacterias responsables del acné. El magnesio está presente en las espinacas, la quinoa, almendras, aguacate…y el zinc en el huevo, el pollo o el pavo y el marisco.
  • Se ha visto que pacientes con defiencia de vitamina D presentan cuadros más severos o empeoramiento de la enfermedad. Podemos obtenerla de la exposición al sol (15 min sin protección son suficientes, es fundamental que el resto del tiempo nos protejamos del sol con crema protectora) o de algunos alimentos como el pescado azul, el queso, o la yema del huevo.
  • Frutas y verduras antioxidantes: es importante evitar zumos, fruta deshidratada o en almíbar que tienen una carga glucémica más alta. Mejor consumir la pieza entera.
  • Debes incluir alimentos ricos en ácidos grasos omega 3: nueces, semillas, aguacate, huevo, pescado azul…
  • Disminuir el consumo de leche animal y aumentar el consumo de lácteos fermentados como el yogur, el kéfir y el requesón. La leche podría actuar de manera similar a los alimentos con alto índice glucémico, en cambio productos lácteos como el yogur o el kéfir contienen probióticos beneficiosos para la microbiota intestinal.
  • Evitar grasas saturadas, carne roja, azúcar, edulcorantes, precocinados y harinas refinadas.
  • Respecto a la relación entre el gluten y la piel no se ha visto que haya relación entre consumir alimentos con gluten y la aparición de acné.
  • Probióticos que contengan cepas: Bifidobacterium animalis lactis, Bifidobacterium bifidum, Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus bulgaricus y Lactobacillus rhamnosus. Previenen el crecimiento de las bacterias y controlan la inflamación.

Además:

  • La niacinamida es un derivado de la vitamina B3 está en pleno auge por su papel seborregulador y antiinflamatorio, haciendo que mejore la piel, el aspecto de los poros, y además calma las rojeces y difumina las marcas previas del acné. Incorpóralo a tu rutina facial.
  • Técnicas de bioestimulación con factores de crecimiento pueden ser una buena opción en el tratamiento dermatológico del acné.

Como has podido comprobar para evitar el acné tenemos que hacer hincapié en mejorar nuestra microbiota intestinal a través de una alimentación antiinflamatoria, abordar posibles desequilibrios hormonales y controlar el estrés.

Si quieres tratar alguna enfermedad de la piel, cambiar tu alimentación y comenzar un estilo de vida saludable no dudes en acudir a una nutricionista cualificada que te ayude en tu caso. En Corporis Sanum podemos guiarte sobre cómo llevar una alimentación adaptada a tus gustos, necesidades y estilo de vida. 

 

 

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Estudié Nutrición Humana y Dietética en la Universidad de Alicante y Ciencia y Tecnología de los Alimentos en la UPV. A lo largo de los años me he dado cuenta que ayudar a las personas a mejorar sus hábitos alimentarios y su día a día es lo que más me gusta de este trabajo, lo que me motiva a seguir con fuerza cada día.