La alimentación para el colon irritable desempeña un papel fundamental en el manejo del síndrome, una condición gastrointestinal crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo.
El colón irritable es un síndrome y no una enfermedad, la diferencia principal reside en que una enfermedad tiene síntomas y signos concretos que afecta a todos los enfermos de la misma manera, independientemente del grado de la enfermedad. En el caso de un síndrome es porque no todos los enfermos tienen los mismos síntomas y por lo tanto no se puede clasificar como una enfermedad como tal.
Hoy en día para hacer referencia al colón irritable, se le denomina Síndrome de Intestino Irritable (SII) y responde a un trastorno muy frecuente que altera la funcionalidad del tracto gastrointestinal, sin que se encuentre evidencia de daño o enfermedad que justifique los síntomas.
Dentro de Síndrome de Intestino Irritable también se incluye la colitis mucosa y el colón espásico. Tienen carácter crónico y suelen cursar en brotes que pueden solaparse o distanciarse en el tiempo. Con el tipo de dieta y mejorando la alimentación, se puede mejorar la aparición de los síntomas así como la gravedad y duración de los mismos.
Por eso es importante que aprendas a mantener una alimentación para el colon irritable, y para ello la mejor opción siempre será que vayas acompañado de un nutricionista profesional para que realice una dieta para adelgazar personalizada, tras haberse realizado un diagnóstico médico.
Entre las recomendaciones nutricionales para la mejora de los síntomas, está la reducción del consumo de fibra alimentaria, sobre todo en la parte inicial del tratamiento nutricional. Por eso, es habitual que se sufra estreñimiento, así que también es importante saber cómo combatir el estreñimiento en caso de que se alargará en el tiempo.
De todas formas, empecemos por el principio. La dieta inicial es muy estricta, es la que se conoce como dieta FODMAP y se tiene que ser muy constante con ella hasta conseguir eliminar los síntomas que sufre la persona afectada.
La dieta FODMAP es un abordaje nutricional que logra mejorar los resultados y consiste en seguir una alimentación modificada en sustancias fermentables (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables). Para su efectividad, es importante seguir las tres fases: eliminación, testeos y la posterior reintroducción de los alimentos.
Para lograr implementar esta dieta de manera segura y con las máximas garantías de éxito, es imprescindible ponerse en manos de un dietista-nutricionista experto en digestivo que te haga de guía durante todo el proceso. En la fase inicial de esta dieta, se restringen los alimentos ricos en hidratos de carbono, por lo que se suele aumentar el consumo de proteínas de la carne.
FODMAP proviene del inglés (fermentable Oligo-, Di-, y Monosaccharides And Polyols, hace referencia a hidratos de carbono de cadena corta y polioles que no se digieren totalmente en el intestino delgado, llegando hasta el colón, allí sirven de alimento para las bacterias que lo habitan. Produciendo la fermentación y liberación de gases, y originando síntomas como gases, hinchazón y dolor abdominal, diarrea y estreñimiento.
Estos carbohidratos se encuentran con frecuencia en alimentos de origen vegetal, y tienen tres características comunes que contribuyen a agravar o provocar síntomas gastrointestinales. Así pues, la dieta FODMAP es una herramienta terapéutica que consiste en eliminar estos componentes de la dieta.
¿Cuáles son estos componentes y dónde los encontramos?
OLIGOSACÁRIDOS:
– Fructanos (FOS): Son la principal fuente de carbohidratos fermentables, siendo casi el 90% fermentados en el colón. Se añaden frecuentemente a alimentos en la industria alimentaria como bebidas, salsas, barritas energéticas, para aumentar su contenido en fibra y desempeñar el papel de prebiótico. De manera natural los encontramos en: alcachofas, espárragos, guisantes, cebollas, ajos, puerros, coles de bruselas, remolacha, achicoria, brócoli, repollo, hinojosa, guisantes, lentejas, garbanzos, pistachos, melocotón, sandía, caqui, chirimoya, trigo, centeno y cebada.
– Galacto-oligosacáridos (GOS): estos compuestos alcanzan el colón donde son fermentados generando también efecto prebiótico. Las principales fuentes dietéticas son: alubias, garbanzos, productos de soja, coles de bruselas, repollo y nueces. También pueden ser originados comercialmente y se añaden frecuentemente a fórmulas lácteas infantiles, lácteos y bebidas.
MONOSACÁRIDOS:
– Fructosa: Se encuentra fundamentalmente en la fruta y sus derivados y en algunos tipos de endulzantes como miel o siropes. También lo encontramos como aditivo en alimentos etiquetados como diet o light, en carnes marinadas o procesadas y en yogures o leches saborizadas.
DISACÁRIDOS:
– Lactosa: Se encuentra en leche y derivados lácteos, además es ampliamente utilizada como aditivo en panadería, repostería y algunos productos adelgazantes.
POLIOLES: Son alcoholes derivados del azúcar (sorbitol, xilitol, manitol y maltitol). Se encuentran en muchos alimentos procesados, incluyendo caramelos, chicles, helados, pasteles, productos horneados y chocolate. También se puede encontrar en pasta de dientes y enjuague bucal.
Tres fases para una correcta alimentación para el colon irritable
- FASE DE RESTRICCIÓN: En esta fase la eliminación es estricta de todos los alimentos ricos en FODMAPs, con el objetivo de aliviar los síntomas gastrointestinales. Tiene una duración aproximada de 2 a 6 semanas, máximo 8 semanas.
- FASE DE REINTRODUCCIÓN: La duración de esta fase puede ser variable, pero podría durar entre 8 a 12 semanas. El objetivo es orientar en la reintroducción de alimentos restringidos. Debe elegirse cada vez un grupo de alimentos que contengan sólo un tipo de FODMAP para conocer cual es el que más síntomas producen. En caso de que aparezcan síntomas con la reintroducción de uno de los grupos, se suspenderá de nuevo este grupo y continuará con el siguiente. Se aconseja vigilar la aparición de los síntomas asociados a la reintroducción de los alimentos para identificarlos y valorar la eliminación definitiva de los mismos. Así se determina la tolerancia cualitativa y cuantitativa de cada paciente.
Por ejemplo, la primera semana reintroducir solo alimentos ricos en fructosa, la segunda solo alimentos ricos en lactosa, la tercera sólo los ricos en fructanos y así sucesivamente.
- DIETA FODMAP PERSONALIZADA: El fin de esta fase es la individualización de la alimentación del paciente. Inclusión en la dieta de todos los alimentos tolerados en la fase de reintroducción manteniendo la restricción de los que ocasionan síntomas gastrointestinales. El objetivo es mantener la variedad alimentaria, evitando restricciones innecesarias y manteniendo el control de los síntomas alcanzados en la primera etapa.
Recomendaciones generales para el paciente:
- Elaborar un diario dietético en el que deberá apuntar todo lo que come y la sintomatología que presente ese día. No todas las personas son iguales y no toleran los mismos alimentos, por esto es importante llevar un diario dietético.
- El paciente deberá tener presente siempre la lista de alimentos restringidos, valorar opciones para sustituir o reemplazar los alimentos no permitidos, y poder mantener así una dieta variada.
- Aprender a revisar detalladamente las etiquetas de los alimentos envasados.
- Evitar tomar laxantes, para mejorar el estreñimiento puede utilizar la avena e incrementar el consumo de agua.
Esta alimentación para el colon irritable es una herramienta para tratar problemas intestinales pero en ningún caso puede considerarse un estilo de vida que se pueda mantener durante un periodo largo de tiempo.