Las intolerancias y las alergias alimentarias son un problema actual que va en aumento. Este problema nutricional está relacionado con un aumento de la calidad de vida, debido a que estamos más protegidos contra infecciones. Asimismo, tanto las intolerancias como las alergias pueden ocasionar que las personas requieran una alimentación personalizada o un plan de mantenimiento que ayude a reforzar lo que ya conoces sobre alimentación y que también te permita contar con el conocimiento necesario para elaborar tus propios menús.
Por otra parte, el mayor problema de las alergias se debe a las reacciones que desencadenan, ya que estas suelen ser generalmente graves. Una vez aparecen, afectan a la persona para el resto de la vida. Mientras que las intolerancias tienen consecuencias para la salud menos graves. A continuación vamos a explicarte en qué consisten ambas problemáticas.
Las alergias alimentarias, por un lado, suelen asociarse con una respuesta inmunitaria que se desencadena como consecuencia del consumo de algún alimento en específico. En estos casos se produce una reacción bastante fuerte, ya que se presenta una respuesta inmunitaria hipersensible. Por ello, para las personas con alergias alimentarias, es importante tomar las medidas necesarias para evitar el consumo accidental de alimentos que contengan elementos que les puedan causar alergia, ya que una reacción alérgica podría convertirse en una situación de vida o muerte.
Por su parte, las intolerancias alimenticias se relacionan con una reacción adversa ante ciertos tipos de alimentos, conservantes o aditivos. Asimismo, una intolerancia alimentaria puede vincularse con que el organismo de una persona no sea capaz de digerir de forma apropiada ciertos alimentos o también puede relacionarse con que algunos alimentos en particular pueden llegar a irritar el sistema digestivo de la persona que padece de una intolerancia.
A continuación presentaremos algunas de las alergias e intolerancias alimentarias más frecuentes:
Alergias alimentarias:
- Leche: Afecta mayoritariamente a niños menores de 5 años, sin embargo puede presentarse también en personas de todas las edades. En el caso de los niños, suele coincidir con la introducción de la lactancia artificial.
- Huevo: Afecta generalmente a niños menores de 2 años, y al igual que la leche, suele estar ligada a la introducción del consumo del huevo completo.
- Pescado y Marisco: afecta tanto a niños como adultos; la merluza, el bacalao, el gallo y el lenguado son los más representativos para la alergia al pescado, y la gamba y el calamar en el caso de los mariscos.
- Frutas: las frutas más alergénicas son la manzana, el melocotón, la pera, la cereza, el albaricoque o la ciruela.
- Legumbres: aunque son las quintas en el ranking, las lentejas y los garbanzos son las legumbres que más suelen causar algún tipo alergia entre la población.
- Frutos secos: esta alergia no suele desaparecer, las más prevalentes son la alergia a la avellana, la almendra o la nuez.
- El maní: este alimento pertenece al grupo de las leguminosas, y suele ser un alimento que provoca alergias entre personas de todas las edades.
- La soya o la soja: este tipo de alergia suele ser más frecuente entre los niños.
- Cereales: el trigo es el cereal que más alergia provoca, suele aparecer en la infancia. No se debe confundir con la intolerancia al gluten (celiaquía), son problemas diferentes y por lo tanto su diagnóstico, causas y tratamiento también difieren.
Los alimentos que más alergias alimentarias producen en los adultos son las frutas, los frutos secos y el pescado.
Intolerancias alimentarias:
- Lactosa: los síntomas aparecen por el consumo de lácteos, estos síntomas aparecen normalmente como flatulencia y dolor abdominal. No es un problema grave, por lo que la cantidad de consumo de lácteos depende de la intolerancia de cada persona. Además, esta intolerancia se suele presentar debido a que la persona no es capaz de digerir el azúcar que se encuentra en los lácteos (la lactosa), esto se presenta debido a la reducida presencia de una enzima necesaria para la adecuada digestión de la lactosa. Por otra parte, al tratarse de una problemática no tan grave, algunas personas no necesitan renunciar por completo al consumo de productos lácteos.
- Fructosa: suele ser habitual en adultos, el tratamiento principal sería eliminarla de la dieta y poco a poco reintroducirla según la tolerancia. Edulcorantes como el sorbitol y la sacarosa también podrían producir los mismos efectos. En este caso, la problemática se presenta por la ausencia de una enzima que es necesaria para poder digerir la fructosa de forma adecuada, esta enzima se conoce como aldolasa B. Además, cuando se habla de fructosa, se hace referencia a un tipo de azúcar propia de las frutas, por esta razón este producto se utiliza ampliamente en la industria alimentaria como edulcorante. Un punto importante de este tipo de intolerancia alimentaria, es que suele ser hereditaria. Sin embargo, esta intolerancia puede ser detectada mediante una prueba conocida como Test de Hidrógeno Espirado.
- Aditivos: sustancias que se utilizan en la mayoría de alimentos procesados y ultraprocesados para conservar o aumentar su sabor, como los conservantes, sulfitos o colorantes.
diagnóstico debe realizarse siempre por profesionales sanitarios. Algunos de los síntomas que se pueden presentar son: urticaria, vómitos, diarrea, dolor abdominal, rinitis o dificultad para respirar. Todo depende de la cantidad de alimento, la forma de cocinado y las circunstancias de cómo se ha presentado el síntoma.
El primer paso en el tratamiento que se realiza, siempre mediante la supervisión de un médico, es eliminar de la dieta los alimentos que desencadenan la alergia. Incluso, en casos extremos, evitando totalmente cualquier contacto. Y de manera progresiva incorporarlo de nuevo a la alimentación para ir comprobando la intolerancia al alimento en particular.
Por otra parte, se ha demostrado, que la lactancia materna es una práctica que podría prevenir la aparición de intolerancias y alergias alimentarias en el niño, además de otras enfermedades relacionadas con la nutrición.
En los últimos años han aparecido una gran cantidad de tratamientos dietéticos para alergias e intolerancias que no son científicamente fiables, ya que carecen de un respaldo confiable que realmente pruebe su eficacia. Asimismo, este tipo de tratamientos (carentes de respaldo científico) aportan pruebas ineficaces, por lo que su uso es desaconsejable.
Si crees que padeces alguno de estos síntomas acude a tu médico para poder realizar un diagnóstico real, ya que evitar el consumo de ciertos alimentos como el huevo o la leche puede tener consecuencias nutricionales importantes. Por esta razón es sustancial que el diagnóstico y tratamiento de estas afecciones sea siempre acompañado por profesionales.
Además, al igual que en el caso de las alergias, las intolerancias alimentarias deben ser analizadas por un especialista en salud, esto te ayudará a que puedas detectar cuál es el alimento o los alimentos que están provocando la intolerancia.
No olvides que la detección adecuada de cualquiera de estos padecimientos es un paso importante para que puedas gozar de bienestar y comenzar a enfocar tus esfuerzos en la búsqueda de planes o pautas alimenticias que te ayuden a mejorar, a conservar tu salud y gozar de un bienestar integral que te permita seguir disfrutando de alimentos variados, balanceados y que le sienten bien a tu organismo.
Si te han diagnosticado alguna alergia o intolerancia alimentaria y tienes dudas sobre cómo llevar tus nuevas pautas alimentarias, es recomendable que te pongas en contacto con un dietista-nutricionista titulado. Fíjate que las pautas que te recomiendan son realmente personalizadas y se adaptan a tus necesidades.