celiaco

¿Eres celiaco o tienes sospechas de serlo? Si te preguntas si eso es un problema, la respuesta es fácil, bajo nuestro punto de vista no, ser celiaco no es ningún problema. Es cierto que serlo tiene sus consecuencias, pero verlo como un problema no es para nada la solución.

Lo primero que tu médico va a darte es una dieta personalizada para que puedas ver qué alimentos puedes comer y así armar tu menú semanal.

La celiaquía es una enfermedad autoinmune que se presenta como una reacción inmunológica al consumir gluten. Esto desencadena daños en el revestimiento del intestino delgado y provoca complicaciones médicas. Por ello lo principal es retirar el gluten de los alimentos.

El gluten es una proteína que se encuentra presente en la semilla de algunos cereales, como el trigo, la avena, la cebada o el centeno, entre otros, es por ello que su logo tiene la insignia SIN T.A.C.C

Afortunadamente, hoy en día, existen muchos productos aptos para celiacos y que se consiguen fácilmente, por lo que eso no presentaría un problema. Otra posibilidad es reemplazar esos cereales por otros aptos, para que puedas cocinar tus comidas preferidas sin limitaciones.

Si bien esta enfermedad no tiene cura, la buena noticia es que si sigues la dieta estricta sin gluten, esto ayudará a controlar los síntomas y promoverá la curación de tu intestino delgado.

¿Cómo saber si eres celiaco?

Si sospechas que puedes ser celiaco, lo mejor que puedes hacer es acudir a tu médico. Se recomienda no comenzar una dieta para adelgazar libre de gluten hasta no tener la consulta del médico. Puede que quizás tengas una intolerancia al gluten o que efectivamente tengas celiaquía, pero siempre será mejor que tengas el visto bueno y la recomendación de tu médico.

Indícale qué síntomas te hacen sospechar que puedas tener celiaquía. Lo normal es que te pida una serie de pruebas que ayuden a confirmarlo o descartarlo.

Empezará por una serología, un simple análisis de sangre. Según los resultados, el médico valorará si hay que seguir realizando más pruebas que ayuden a un correcto diagnóstico. Para mayor exactitud, es probable que pida una biopsia de tu intestino delgado, de esa manera se asegurará de que tienes la enfermedad y que no es una simple intolerancia al gluten.

En el caso de los síntomas, existe una gran variedad y no siempre tienen que ver con lo digestivo, ya que esto depende de la deficiente absorción de los nutrientes que contenga la dieta.

Algunos de los síntomas que pueden hacerte sospechar de ser celiaco son:

  • Fatiga
  • Pérdida de apetito
  • Pérdida de peso
  • Anemia
  • Diarrea
  • Alteraciones del carácter (irritabilidad, tristeza…)
  • Dolores óseos y de articulaciones
  • Retraso del crecimiento (en niños)

En la web de celiacidad.net puedes ampliar la lista síntomas que se asocian a una posible celiaquía.

Causas de la celiaquía

Si bien hasta el momento las causas de la celiaquía son desconocidas, se dice que existen tres procesos que dañan la mucosa intestinal: los agentes medioambientales, la predisposición genética y el sistema inmunológico propio.

De cualquier manera, como el sistema inmune se ve afectado, éste funciona de la siguiente manera: cuando el organismo detecta el gluten, lo asume como un agente maligno y reacciona de manera exagerada frente a él, creando anticuerpos para combatirlo. Esta reacción daña las vellosidades que recubren el intestino delgado, por lo que no pueden absorber las vitaminas, minerales y nutrientes de los alimentos, desencadenando en los síntomas que te mencionamos anteriormente.

Hay otros factores que también pueden contribuir a la enfermedad, como la alimentación desde la infancia, las infecciones gastrointestinales o las mismas bacterias del intestino, pero sin importar el origen de la misma, si la enfermedad se presenta, el tratamiento siempre será el mismo.  

Si eres celiaco, ¿cuál es el tratamiento a seguir?

A día de hoy el único tratamiento que existe es seguir una dieta sin gluten de por vida. Y es que si bien es cierto que los científicos investigan desde hace tiempo para encontrar una solución a esta enfermedad, todavía no hay avances que puedan derivar en un fármaco efectivo.

Es muy posible que el médico te derive a un dietista-nutricionista. Éste te ayudará a planificar una dieta personalizada adaptada a tu situación y siempre dentro del marco de una alimentación saludable. De esta forma te asegurarás de que en tu nueva forma de alimentación no falten vitaminas ni nutrientes esenciales. Siguiendo unas pautas muy sencillas verás que tener una vida normal y una dieta sana es posible.

¿Se puede considerar que ser celiaco es un problema?

Como os decíamos antes, y después de lo que os hemos explicado, la respuesta es NO. Es cierto que al principio, hasta que te diagnostican la enfermedad, puede ser muy molesto por el hecho de padecer síntomas que afectan a tu salud y que no sabes por qué se producen. Pero una vez diagnosticado, es tan sencillo como adaptar tu dieta a una sin gluten.

Verás cómo tus síntomas remiten y tu vida vuelve a ser normal. Sí, hablamos de “normalidad”, ya que consideramos que hoy en día la calidad de vida de los celíacos ha mejorado en relación a lo que había sido habitual hace unos años. Esto es gracias, entre otras cosas, a un mejor etiquetado de productos, tanto en el supermercado como en los bares o restaurantes, que además, cada vez es más frecuente ver cómo adaptan sus cartas para que las personas con esta enfermedad puedan disfrutar de una comida igual de rica que los que no la padecen.

¿Qué se puede comer y qué no?

Si bien lo fundamental es evitar el gluten, aquí queremos contarte de manera detallada qué productos lo contienen y cuáles no, así puedes hacerte una idea de lo que puedes comer y de lo que tienes que tener cuidado.

Respecto a los productos frescos, puedes comer de todo y sin límite, ya sean todas las carnes, la leche, huevos, frutas y verduras, y frutos secos crudos. Pero si eres amante de la bollería, déjame decirte que están prohibidos aquellos que contengan cualquier ingrediente derivado del gluten.

 Lo bueno es que se puede reemplazar la harina utilizando una que no derive del trigo, la avena, la cebada y el centeno, por lo que tendrás que aprender nuevas recetas y te volverás un chef profesional en tu cocina.

  • Alimentos con gluten: aquí se incluyen todos los tipos de pastas alimenticias, bizcochos, galletas, tartas, pasteles, bollería en general, pan, cualquier producto industrializado que contenga harina de trigo, de avena, de cebada o de centeno en su fórmula, por ejemplo, las féculas o el almidón, todas las bebidas destiladas y fermentadas a partir de cereales, como es el caso de la cerveza, el vodka y el whisky.
  • Alimentos sin gluten: carnes frescas, ya sea congelada o al natural, puede ser blanca o roja, por lo que aquí no hay límites, pescados y mariscos también, todo lo que es frutas, verduras, tubérculos, huevos, lácteos, productos de origen natural como la miel, aceites, vino, especias, sal, azúcar y vinagre también entran en esta categoría,

Hay algunos alimentos que están por fuera de esta lista y con los que tienes que tener mucho cuidado. Si vas a pedir comida por delivery, asegúrate de que tengan una cocina especial para celiacos para evitar así la contaminación y que algunas partículas de gluten se esparzan por tu comida.

En el caso de los dulces, por ejemplo todo tipo de golosinas y chocolates, debes asegurarte de que posean el logo SIN T.A.C.C. en su envoltorio, lo mismo con el café. Hay algunos embutidos que puedes comer, pero eso mejor consúltalo bien con tu médico nutricionista, al igual que los productos en conservas.

Si quieres descubrir todas las posibilidades que tiene una dieta sin gluten, no dudes en ponerte en contacto con el profesional especializado en nutrición. En Corporis Sanum podemos ayudarte, ponte en contacto con nosotras.

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Soy diestista-nutricionista por la Universidad de Alicante. Me baso en ayudar a cambiar el estilo de vida de las personas para conseguir mejorar su salud física y mental. Ya que un cambio de habitos hace sentirte mejor contigo mismo y ganar confianza en tu día a día. Siempre trabajo desde la educación nutricional para lograr los objetivos personales sin esfuerzo.