Daniela tomó la decisión de hacerse vegetariana después de ver un documental y escuchar a algunos amigos compartir sus experiencias.
Al revisar sus comidas, me di cuenta rápidamente de lo que estaba pasando.
Daniela estaba comiendo muchos carbohidratos simples, cómo por ejemplo tostadas, arroz, pasta. No estaba obteniendo suficiente proteína o grasas saludables para equilibrar sus comidas. Además, estaba tratando de cocinar todo desde cero, lo que la dejaba estresada y agotada. Esto suele ocurrir habitualmente cundo las personas se inician en el vegetarianismo, ¡pero no tiene por qué ser así!

Vegetarianismo: Ajustes en la alimentación y en los hábitos
Los resultados fueron casi inmediatos. Esto no se debía únicamenta a la dieta vegetariana, la energía de Daniela mejoró y se sintió más llena durante más tiempo sin necesidad de picar entre comidas. Dejó de sentirse como si estuviera fracasando cuando no tenía tiempo para cocinar una comida gourmet, e incluso comenzó a sentirse más confiada en situaciones sociales: sabía cómo manejarse al comer fuera de casa o al viajar sin dejar de ser fiel a sus decisiones e ideales vegetarianos.
Reflexiones tras el cambio
Al final de 4 meses, Daniela no solo se sentía mejor físicamente, sino que también se sentía empoderada por sus elecciones. Su piel se aclaró, su digestión mejoró y, lo más importante, dejó de sobrepensar todo lo que comía. “Finalmente siento que sé cómo comer”, dijo.
“No solo como vegetariana, sino como alguien que quiere sentirse bien y hacer el bien”.
Si eres nuevo en el vegetarianismo (o en cualquier tipo de cambio de estilo de vida), toma el ejemplo de Daniela: no tiene que ser abrumador. Unos simples cambios, comidas equilibradas y un poco de paciencia pueden hacer toda la diferencia. No necesitas ser perfecto, solo encontrar un ritmo que funcione para ti.