Esta época de aislamiento provocado por el coronavirus nos ha hecho descubrir una nueva cara. De nosotros mismos y del mundo. Y también nos ha obligado a aprender a relacionarnos de otro modo con nuestro entorno, así como a aprender a vivir sin que las paredes de nuestra casa se nos caigan encima.
Combatir el aislamiento se vuelve un objetivo prioritario, ya que un encierro como el que nos hemos visto obligados a llevar a cabo a raíz del coronavirus puede conducirnos a perder la salud mental por el camino. Y con ella, también la salud física. Ambas van de la mano. La obligada reducción de la actividad física puede haber tenido un efecto nocivo en nuestra salud, y también en cómo percibimos nuestro cuerpo. Es por eso por lo que, para empezar, compartimos contigo una dieta para adelgazar 5 kilos.
Para nada pretendemos plantear ese objetivo como algo frívolo. Al contrario, esos kilos de más desaparecerán con la ayuda de profesionales y de dietas como la expuesta, pero lo realmente importante es ser capaces de establecer unos hábitos saludables a la vez que realistas. Estos debemos poder seguirlos tanto en periodos de “vida normal” como de aislamiento por coronavirus o por cualquier otro motivo, sea que donde vivamos aún nos encontremos aislados o que las circunstancias nos obliguen en algún momento a volver a estarlo.
Lo que está claro es que durante los periodos de aislamiento vamos a tener menos movimiento, menos actividad y con ello menos gasto energético. Por tanto, debemos cuidar nuestra alimentación si no queremos vernos con unos kilitos de más (repetimos que mientras estos no supongan un problema de salud, es decisión nuestra querer perder peso o no, y no deberíamos sentirnos mal por ellos). Aunque perder peso sea el objetivo de muchas de las personas que se deciden por iniciar una dieta, lo cierto es que el motivo principal por el que cuidar nuestra alimentación debería ser que nuestra salud no se resienta, especialmente en periodos de encierro obligado.
Combate el aislamiento por coronavirus con una rutina
Nuestro primer consejo es que mantengas una rutina. Lo conseguirás, para empezar, poniéndote un horario. Y cumpliéndolo, claro. Si trabajas desde casa mantén tu horario habitual, despertándote a la misma hora y no dedicándole al trabajo más tiempo que el que dedicarías en la oficina. Eso puede llegar a ser una trampa que te haría acabar agotada.
Tampoco cambies tu horario de comidas: es muy importante que no marees a tu organismo. Otro de los hábitos que no deben cambiar y que te ayudarán a mantener la rutina es vestirte como si te desplazaras a tu lugar de trabajo. Puede parecer una tontería, pero esto ayuda a “engañar” a tu mente, haciéndole creer que todo sigue igual.
En esta línea también tenemos que tener en cuenta el no realizar todas las tareas en la misma estancia de la casa. Es decir, si trabajas con el ordenador, no lo hagas en la mesa donde comes. Si es posible, dedica un espacio para el trabajo y otra zona de la casa para tus otros menesteres, eso mentalmente también te ayudará a focalizarte y a aumentar tu productividad.
Por otra parte, es muy importante que dentro de tu rutina de aislamiento incluyas la práctica de ejercicio físico un mínimo de 30 minutos diarios. Y, si te es posible, mejor aún si puedes dedicarle 30 minutos por la mañana y otros 30 por la tarde. Eso te ayudará a oxigenar el cerebro además de tu cuerpo, y a descansar mejor por las noches, algo que puede volverse más complicado durante el aislamiento por coronavirus.
Haz una compra apropiada para un aislamiento
A la hora de realizar la compra, tenemos que aprovecharnos de los procesados saludables que ha creado la industria, como son las conservas de vegetales, legumbres, pescados… Es el momento de llenar la despensa para un mínimo de 15 días. Pero tampoco hace falta que nos volvamos locos, claro, ya que los supermercados van a seguir recibiendo alimentos y no nos vamos a quedar sin comida.
Si te has adelantado y has comprado muchos alimentos frescos, hay 2 opciones para que te duren más tiempo en buen estado.
- Pelar y cortar las verduras para congelarlas en bolsitas.
- Cocinarlas y congelarlas distribuidas por raciones.
La primera opción es una de nuestras recomendaciones favoritas para cuando no se dispone de mucho tiempo para cocinar. Lo decimos porque, si tienes los ingredientes preparados, solo tendrás que guisarlos, y así te ahorrarás la manipulación previa. Eso hace de esta opción un muy buen hábito que puedes fijar para siempre. No hace falta encontrarnos en medio de una pandemia por coronavirus para ahorrar un poco de tiempo, ¿no?
Haz de la cocina tu aliada durante el aislamiento por coronavirus
Aprovecha que tienes más tiempo para meterte en la cocina, y dedícalo a explotar tu creatividad. Te sorprendería la cantidad de recetas sencillas y nutritivas que puedes poner en práctica. Así pues, os animamos a que probéis platos nuevos y que exploréis en la cocina. En nuestro instagram (@corporissanum) vamos publicando recetas muy ricas y sabrosas que podéis disfrutar toda la familia junta.
Cuidarnos en la cocina significa experimentar con todos aquellos alimentos nutritivos que nuestro organismo necesita y que a veces no incluimos en nuestras comidas por el supuesto mayor tiempo de preparación que requieren. Ahora ya no tenemos esa excusa.
Acércate a la cocina, ese lugar por el que siempre pasas con prisas, probablemente abusando del microondas y de comidas que, pese a no ser las más nutritivas o saludables, acaban siendo tus elecciones porque las consideras la opción más fácil. Abre los cajones, saca todo tu instrumental, el libro de recetas y todas aquellas nuevas que los nutricionistas en los que confías han compartido en sus redes sociales. Reúne lo que tienes en tu despensa y anota todos aquellos ingredientes que te faltan, baja al supermercado y cómpralos. Una vez de vuelta en casa, ya estarás lista. Déjate llevar.
Cómo sacar provecho del aislamiento
Sabemos que este aislamiento provocado por el coronavirus no es algo que hubiéramos escogido de haber tenido la oportunidad. Nos ha obligado a cambiar nuestras rutinas, a renunciar a muchas cosas y a centrarnos en no ponernos en riesgo, ni a nosotros ni a nuestro entorno. No en vano, se trata de una cuestión de salud pública.
Precisamente por ello, en vez de quejarnos o lamentarnos por todo aquello que no hemos podido o no estamos pudiendo hacer, pensemos en la cantidad de vidas que hemos contribuido a salvar haciendo las cosas bien.
Y pensemos también en todas aquellas oportunidades que se han abierto ante nuestros ojos durante esta pandemia por coronavirus: para empezar, el regalo más valioso. El tiempo. Una mayor cantidad de tiempo libre para pasar junto a nuestra familia, redescubriendo hasta la tarea más sencilla y todos aquellos juegos de mesa que llevaban años empolvados en una caja. Y también más tiempo para nosotros mismos, para conocernos y para cuidarnos.
La calma es esencial para combatir el aislamiento. Sabemos que en un día a día tan acelerado como el nuestro eso supone un reto, pero si aprendemos a tomarnos la vida de otra manera, lo agradeceremos también cuando todo esto pase. Y seguro que nos sorprenderemos de lo que somos capaces de llegar a hacer. Por desgracia, el coronavirus se ha llevado por delante muchas vidas, pero está en nuestras manos cuidarnos y cuidar de nuestro entorno, evitando que esa cifra suba más.