Pensar en alcanzar objetivos irreales e imposibles es creer que pueda ocurrir no solo un milagro sino muchos, cosa que aunque pudiera animarte, puede terminar en convertirse en un fracaso. Es necesario plantearse metas que sean alcanzables a corto, mediano o largo plazo. Perder un kilo semanalmente llevando a cabo una alimentación sana es un objetivo sensato, no obstante, creer que puedes bajar tres tallas en dos semanas, no lo es.

También es importante que te recompenses cada vez que alcances una meta, esto te dará más razones y mayor estímulo para seguir adelante.

Obsesionarse con el peso es uno de los errores que mayormente se comete cuando nos sometemos a planes de adelgazamiento. Si bien es cierto que es importante valorar la pérdida de peso y evaluar la evolución de tu plan, no por ello, esto debe convertirse en un objetivo obsesivo. De hecho, es necesario tener un control del peso pero esto no tiene porqué hacerse a diario ni ser considerado como el único parámetro para valorar la efectividad de tu plan de pérdida de peso.

En lugar de tener una fijación constante en la escala de peso, puedes establecer un objetivo mucho más tangible como por ejemplo, usar los jeans que antes no te cerraban o la ropa que no usabas porque te quedaba demasiado ajustada.

Se cree que ayunar e irse a la cama sin cenar es una buena opción para perder peso, o que, mientras menos calorías se ingieran en el proceso de adelgazamiento, mejor; si este es tu caso, lo más posible que tus metas de adelgazamiento estén cada vez más lejanas. Si pasas muchas horas sin comer puedes sufrir de ansiedad, lo que genera una predisposición a consumir alimentos que no son saludables y que nos hacen ganar peso.

Como regla general, para adelgazar se requiere hacer más de tres comidas diarias (5 como máximo). Asimismo, no es recomendable saltarse las comidas para compensar los excesos ya que, además de desfavorecer la adquisición de buenos hábitos alimenticios, inducimos al cuerpo a responder de manera inadecuada.

Haz conciencia sobre los factores que desencadenan que comas en exceso. Pregúntate sobre: ¿Sueles comer cuando estás frustrado, triste o enfadado? ¿Comes porque tienes hambre o bien porque necesitas satisfacer momentos de ansiedad? Una vez que identifiques estas señales saboteadoras, debes buscar otra forma de enfrentarte a ellas. Hay que aprender a comer de manera consciente, no porque la situación te haya llevado a ello o porque el contexto lo haya propiciado. El saboteador está en ti, reconócelo, resuelve la situación y continua con tu meta.

Para perder grasa corporal y peso no solo requieres hacer dieta, es más, el secreto no está en cumplir con una dieta. La clave es tener una alimentación sana e incluir sesiones de actividad física y tener una vida activa.

Una combinación de entrenamiento físico semanal te permite quemar grasa y activar tu metabolismo. Es aconsejable practicar un deporte que te guste y que disfrutes, no sobrecargarte y mantener el ritmo, incluso, puedes ir aumentando la práctica en la medida en que vayas evolucionando. Cambia también tus actividades cotidianas, por ejemplo, sube y baja escaleras, camina, mantente en movimiento.

Para que la pérdida de peso sea exitosa debes cambiar a un estilo de vida saludable, por ende, una planificación anticipada permitirá que te abastezcas de lo necesario; de lo contrario, es posible que adquieras productos que te perjudiquen y aumenten tus posibilidades de fracaso. Además, la planificación te llevará a la organización de tus comidas y, en consecuencia, a la distribución de una alimentación diversa. Con ello, cada platillo será diferente y evitarás el cansancio, la monotonía y el aburrimiento.

¡Anímate también a probar cosas nuevas! La forma de comer y presentar los alimentos te permitirá animar cada día tu alimentación y a disfrutar del cambio que estás haciendo.

El método del plato es una herramienta visual muy útil para llevar a cabo una alimentación saludable. Este método te permite incorporar en un solo recipiente todos los nutrientes que se necesitan en tus comidas (principales) en las proporciones adecuadas. El método consiste en colocar 50% de hortalizas y verduras (podemos incluir espinacas, champiñones, calabaza, zanahoria, brócoli, cebolla, tomates, pimientos, etc.), el 25% de hidratos de carbono (cereales, legumbres, pastas o pan) dando prioridad a los cereales, pastas y pan integral, y el 25% de alimentos ricos en proteínas animales (pescado, aves, frutos secos y legumbres) que incluya la ingesta de lentejas, garbanzos o habichuelas, así como pescados azules y blancos. Adicionalmente, suma una fruta o un lácteo como postre y un vaso de agua, té o café sin azúcar. Este método te ayudará a asegurar que tus comidas sean sanas y equilibradas.

El agua es el componente principal de nuestro organismo, además de mantenernos hidratados, sirve para contribuir a saciar y controlar los impulsos de hambre. Los nutricionistas recomiendan tomar en promedio de 1,5 a 2 litros de líquidos diarios, lo que se traduce en 8 vasos de agua como mínimo. Tomar un vaso de agua unos 30 minutos antes de una comida, hará que te sientas lleno, de manera que el agua también te servirá como un pequeño supresor del apetito entre comidas .

Adicionalmente, puedes tomar jugos naturales y café o té (dos veces al día) sin azúcar. Debes evitar las bebidas gaseosas, azucaradas y el alcohol. 

Proponerse metas realistas y tomar la decisión de perder peso, no es un proceso ligero, esto significa iniciar cambios de hábitos importantes, transformaciones de estilos de vida e incluso de pensamiento.

La constancia es clave en este proceso. Es posible que pese a que llevas tiempo en el proceso de adelgazamiento aún no logres perder nada de peso, no te desanimes, ¡nadie dijo que fuera fácil!, se requiere, además de constancia, mucha perseverancia y paciencia. En este punto es importante mantenerte firme, evaluar tus logros y no desesperarte. Para bajar de peso necesitas tiempo, esta es la razón por la que debes ser paciente. ¡Lo ideal es bajar de 500 gramos a 1 Kg semanalmente!

Una de las cosas que más se deben destacar y que ayuda a perder peso con éxito es tomarte tus tiempos de descanso y disfrutar de tu tiempo libre; estos deben convertirse en momentos gratos y placenteros. Evita el estrés y cosas desagradables en tu vida, es decir, aquellas cosas que puedan hacer que rompas con los nuevos hábitos adquiridos y pierdas de vista las metas que te has propuesto. Relájate y siempre trata de sentirte bien. Es muy importante cuidar la salud emocional. 

Finalmente, para perder peso no debes enfocarte solo en tu estómago o en tu figura corporal, la calidad de vida, las emociones, tu cuerpo y hasta tu espíritu es parte de la complejidad de todo tu ser. Así que debes valorarte mucho y apreciar cada cambio y esfuerzo que te lleve a alcanzar bienestar y salud en general.