Hoy te traigo una receta con alma de domingo y olor a cocina de casa: ¡pollo a la cerveza! Un plato que nunca falla y que, además, es tan fácil como sabroso. La cerveza le da ese puntito especial, una mezcla entre dulzón y tostado, que transforma unas simples pechugas o muslos en pura magia.
Es de esos guisos que te abrazan el alma, que huelen a tradición, pero con ese toque canalla que le da la cerveza. Perfecto para cuando quieres algo contundente, reconfortante y con personalidad, sin complicarte la vida.
Ideal para mojar pan sin remordimientos (¡y que no falte!), y para disfrutar en buena compañía.
Dale al play, que este plato no se cocina solo… pero casi. ¡A por ello, que el pollo lo merece y tú más aún!