¿Hay algo más reconfortante que el aroma de un pastel de manzana recién horneado? Yo lo tengo claro: ¡este pastel es pura magia! Dulce, jugoso, con ese toque casero que lo hace irresistible desde el primer bocado.
Ideal para una merienda especial, un desayuno con cariño o simplemente para darte un capricho sin complicaciones. Lo mejor es que necesitas muy pocos ingredientes y el resultado es de escándalo. Y sí, también funciona de maravilla como postre elegante con una bola de helado de vainilla.
Este clásico nunca pasa de moda, pero hoy le damos nuestro toque personal para hacerlo aún más fácil y sabroso. Si te animas a prepararlo, ¡cuidado! Puede que no te dé tiempo ni a sacarlo a la mesa. Dale al play y prepárate para enamorarte de cada trocito.